«Otra lobada al sur del Duero». Para las organizaciones agrarias, Coag y Upa, y el ganadero afectado, no hay duda de que ha sido el lobo el responsable del ataque sufrido por un rebaño de Almeida de Sayago con el saldo «inicial» de ocho ovejas muertas, otras seis con heridas tan importantes que correrán la misma suerte y «múltiples» abortos, ya que los animales atacados estaban apartados para parir.

La ganadería de ovejas churras, propiedad de Antonio Sogo, sufrió así un serio revés que irá teniendo consecuencias peores a medida que pasen los días. «Ha sido un desastre. Ya no es las que mate, luego hay otras mordidas y estresadas que no levantan cabeza», explicaba el ganadero mientras cargaba los animales en el remolque para llevarlos a la nave.

Antonio Sogo denuncia el «desamparo» en el que se encuentran los ganaderos, «obligados a pagar un seguro para defendernos de un animal que nosotros no queremos ni vivimos de él; que sea la Junta la que se haga cargo y nos pague todos los perjuicios que nos está ocasionando el lobo».

El ataque tuvo lugar entre la noche del martes y la madrugada de ayer, y fue a primera hora de la mañana cuando Antonio se encontró con el atropello cometido en el cercado donde se encontraban 80 ovejas de raza churra. «Las había apartado el lunes porque están para parir y mira que faena nos ha preparado el lobo. Es una pena verlas así», se lamenta el ganadero sayagués.

La reacción de las organizaciones agrarias no se hizo esperar. Upa y Coag emitían un comunicado conjunto en el que consideraban de «máxima gravedad» la presencia de lobos en Sayago, «que no tienen otro alimento que las propias ganaderías, desestabilizando la producción ganadera y hundiendo aún más en la crisis al sector».

La Alianza por la Unidad del Campo (que agrupa a Upa y Coag) insiste la responsabilidad de la Junta de Castilla y León por la «nefasta» gestión de la Consejería de Medio Ambiente, «evidenciada en el control de las especies silvestres, y en particular del lobo». Exigen una «orden inmediata» a los equipos y agentes medioambientales «para que se erradiquen las manadas de lobos que están causando estragos en Sayago. Esas manadas son especialmente peligrosas para la ganadería en este Espacio, ya que no existe fauna de la que puedan alimentarse».

Antonio Sogo, aún con el susto y el disgusto en el cuerpo por la acción de los cánidos, pide la mirada de «los políticos» hacia las gentes del campo; «tanto que dicen que hace por nosotros y luego nada». Lamenta que tenga que recurrir al seguro para que le paguen la pérdida del ganado, «cuando debería ser la Junta la que lo asuma».

Para las organizaciones agrarias. la Consejería de Medio Ambiente «está abusando de la paciencia del sector agrario, por otra parte inmerso en una profunda crisis, ya que parece dar preferencia las especies silvestres frente a la actividad agrícola y ganadera».