Dos rapaces pertenecientes a especies protegidas, un milano negro y un cernícalo primilla recibieron ayer el «alta hospitalaria» de manos de los responsables del Centro de Recuperación de Aves de Villaralbo, que fueron los encargados de liberarlos a media mañana en el teso de Arcenillas.

Los dos pájaros, ejemplares emblemáticos de la fauna silvestre, llevaban uno desde abril y otro desde hace un año recuperándose de diferentes dolencias El milano negro, una rapaz planeadora, de una herida en ala, que le impedía mover con soltura en el aire sus 800 gramos de peso.

Tras la cura de la herida y al cabo de 50 días de cuidados, el milano demostraba ayer, tras la libertad, su recuperación completa, volando de manera correcta con sus alas que tienen una envergadura de 60 centímetros.

Antes de su liberación el pájaro fue anillado por los responsables del Centro de Villaralbo, que depende de Medio Ambiente de la Junta aunque lo gestiona la Fundación de Patrimonio Natural de Castilla y León, con un código de identificación que permite su control y seguimiento en el caso de que en cualquier punto del planeta vuelva a sufrir algún percance. De hecho no es la primera vez que tras la recuperación de distintos ejemplares de la fauna silvestre: diagnosticada, tratada y liberada en el centro, ha regresado porque seguramente no ha conseguido adaptarse a su nueva vida en el entorno natural.

Junto al milano negro, emprendía el vuelo el cernícalo primilla macho, una rapaz insectívora, que llegó a este «ambulatorio» hace un año con un síndrome vestibular-una afección del oído que produce desequilibrio durante el vuelo- causado por un traumatismo craneoencefálico.

El veterinario Abraham Arias de la Torre junto al resto del equipo lo creían irrecuperable, pero tras desarrollar un arduo y concienzudo trabajo de asistencia han conseguido el restablecimiento del animal. «Durante la primavera mudó su plumaje de pollo a macho adulto. Una vez que comprobamos que vuela correctamente, antes de la suelta se le anille y comenzamos a dar una alimentación con presa viva, pareja a los diferentes ejercicios de rehabilitación que se han llevado a cabo en la zona denominada «el voladero» donde los pájaros en recuperación entrenan su musculatura» explican los técnicos del centro. Con una envergadura de 60 centímetros en el momento de su liberación en el Alto de Arcenillas ya sobrevuela al igual que el milano en una zona considerada adecuada por los entendidos para aves esteparias.

Poco más de la mitad de los 164 animales que entraron en el Centro de Villaralbo el pasado año lograron recuperarse, concretamente 88, lo que supone en 53,56%. En los meses de verano, junio, julio y agosto, se producen la mitad de los ingresos y es en el estío cuando en mayor medida recuperan su libertad.

Las causas principales de los ingresos son las enfermedades infecciosas (23,51%), traumatismos (22,92%), pollos caídos del nido (20,24%), atropello (11,01%) y debilidad (7,14%). La gran mayoría de los que llegan son aves (85%), seguidas de mamíferos (casi el diez por ciento) reptiles y otros anfibios, que representan el 5%. «La más común y con la que más tiempo invertimos, es la cigüeña: pollos que caen del nido, animales que vienen debilitados. Las cigüeñas por el régimen alimenticio que tienen en vertederos nos llegan en bastante mal estado».

Los búhos reales o un ejemplar de búho chico son las especies más raras que se curan en el centro y éste último será el próximo que recupere la libertad, en dos o tres semanas. Los últimos en llegar han sido tres patitos que recogieron unos agricultores.

Casi la mitad de los animales son entregados por particulares, bien en el propio centro o en la Casa del Parque de Villafáfila. Una cuarta parte son detectados por agentes medioambientales o del Seprona.