Villarrín de Campos y Pajares de la Lampreana renovaron ayer el voto ancestral a la Virgen del Templo. A primera hora de la mañana vecinos de Villarrín iniciaron el camino con la Virgen del Rosario hacia Pajares en una jornada primaveral donde el buen tiempo acompañó todo el trayecto.

Cerca de la una de la tarde los «peregrinos» llegaron a la entrada de Pajares donde hicieron el tradicional alto en el camino para degustar las pastas y licores. El descanso sirvió también para que los penitentes se ataviasen con sus túnicas. Vestimentas que portan también el día de Jueves Santo y que son sus propias mortajas.

La Virgen del Rosario entró en la localidad acompañada por las mayordomas de este año y los vecinos de Villarrín llegaron en procesión a la Plaza Mayor de Pajares donde eran esperados por numerosos vecinos del municipio. Un año más de volvió a cumplir la tradición: saludo de las cruces guías con tres venias, seguido del saludo de pendones.

Tras una breve oración pronunciada por el párroco de la localidad anfitriona se produjo el intercambio de bastones entre la alcaldesa de Pajares, Carmen Rodríguez y el de Villarrín, Leoncio Flórez. Este año esta ceremonia ha tenido un matiz especial ya que es la última en la que el regidor de Villarrín entrega «el mando», al abandonar la política.

Acto seguido los habitantes de los ambos municipios emprendieron el camino hacia la ermita donde se celebró la Santa Misa y se volvió a vivir un emocionante momento al pronunciar Leoncio Flórez unas palabras de despedida desde el altar mayor. «Siempre se dice algo y se da las gracias a Pajares por recibirnos, pero este año tocó la despedida y la verdad ha sido muy emotivo», explica el alcalde.

Al mediodía la pradera acogió a más de mil personas que en grupos o familias participaron de la tradicional comida campestre. El buen tiempo reinante y el que la fiesta coincidiera en fin de semana favoreció una asistencia masiva a la zona que se prolongó a lo largo de toda la tarde y que mantuvo su animación a los sones de la charanga.

Hacia las siete de la tarde los vecinos de Villarrín fueron despedidos e iniciaron su camino de vuelta con paso por las localidades de Arquillinos y Villalba de la Lampreana, que también realizan el voto en diferentes días, para rendir honores a la Virgen del Rosario con el cántico de la Salve.

Las primeras noticias sobre la rogativa a la Virgen del Templo datan de 1600, cuando se reúnen los pueblos de la zona ante la sequía que padecían y deciden hacer un novenario en la ermita. Con el tiempo dejó de celebrarse y solo continuaron Villalba de la Lampreana y Villarrín. Hace aproximadamente una década se unieron también los municipios de Arquillinos y Manganeses. Los vecinos de Villalba acuden a la localidad el primer sábado del mes de mayo y Villarrín el día 8 coincidiendo con la fiesta local con Pajares.