El Ayuntamiento de Villar del Buey solicitará al responsable de las empresas extractivas de granito del municipio que presente la documentación necesaria para la tramitar la concesión de las licencias de la actividad para las explotaciones mineras de Fornillos de Fermoselle y Pasariegos. La primera está ubicada, además, en los ámbitos del Parque Natural Arribes del Duero e inició su andadura a principios de los años de 1990; la segunda, radicada en las cercanías de Pasariegos, lleva extraídos un importante número de bloques de varias toneladas de peso por unidad.

Es una decisión que el alcalde del municipio, el popular José María Nieto, trasmitió a los corporativos durante el desarrollo de la última sesión plenaria celebrada recientemente. Lo hizo dentro del contexto de una pregunta formulada desde la oposición, por Javier Álvarez, que una vez conocido un informe de la Secretaría, que detalla la irregular situación administrativa en que se hallan ambas explotaciones, se interesó por los pasos adoptados por el equipo de Gobierno sobre el caso .

La Sociedad Gran Duero, S. L. solicitó al Ayuntamiento un certificado que acreditara «el silencio administrativo» en lo tocante a las licencias urbanísticas y de actividad, una vez que fueron solicitadas en el año 1995. Sin embargo, el Consistorio de Villar del Buey no tiene constancia en sus archivos de solicitud alguna ni de expediente referido a la tramitación de las licencias. La propia Secretaria en su informe afirma que «no puede acreditar tal solicitud», aunque no niega que exista en poder de la parte solicitante documentación al respecto dada la historia que registra la puesta en marcha de la extracción de granito en el municipio de Villar del Buey.

La falta de licencias en ambas explotaciones en estas fechas no deja de causar sorpresa entre la población por cuanto que la explotación de Fornillos de Fermoselle viene acompañada desde hace casi veinte años por las quejas, las protestas y las reclamaciones del vecindario, que en numerosas ocasiones pidieron la paralización. Comenzaron a exigir el cumplimiento de la normativa y un beneficio económico cuando vieron que la explotación superaba a una mera investigación, debido a los grandes bloques que se arrancaban del lugar, y no reportaba dinero alguno.

En el año 1992 existía ya una importante actividad extractiva y fue en 1993 cuando técnicos de Medio Ambiente de la Junta visitaron la zona ante la falta de informe medioambiental. Debido a las presiones sociales, se recurrió a un ingeniero de minas que en su informe, pagado por el Ayuntamiento, aconsejó que antes de paralizar la explotación lo más adecuado era el cobro de un canon mensual o anual, o un 5% de la venta del material.

El cobro por la explotación del granito, tanto en Fornillos como en Pasariegos, fue motivo de discusión política en los plenos del Ayuntamiento de Villar del Buey celebrados en noviembre de 1993. Ante las discrepancias reinantes, incluso se anunció desde la Alcaldía «un careo» entre el industrial y un ingeniero de montes para fijar una cuota.

Medio Ambiente elaboró en el año 1994 un plan de restauración según el cual la extracción prevista era de 7.000 toneladas al año, y el periodo de actividad para 20 años.

En enero de 1996 el Ayuntamiento de Villar del Buey y el empresario llegaron por fin a un acuerdo sobre el canon, fijado en seis euros por metro cúbico «cuando el material fuera bueno».

Ahora recobra actualidad la explotación de granito debido a que la documentación existente en el Ayuntamiento no puede considerarse un expediente que permita proceder a la concesión de licencia de actividad.