Los lobos han vuelto a atacar el rebaño de José Antonio González, ganadero de la localidad sanabresa de San Juan de la Cuesta que ya ha padecido un problema similar en varias ocasiones. Once ovejas muertas, siete heridas y seis desaparecidas es el saldo de la última lobada sufrida por la cabaña compuesta por unas cuatrocientas cabezas de ganado.

Todo ocurrió el pasado jueves cuando, según el ganadero, en el periodo de doces horas «los lobos atacaron por dos veces» a la cabaña que pastorea por la sierra, en libertad, vigilada por los mastines que en esta ocasión poco pudieron hacer ante la presencia del depredador. «Ha sido demoledor. Vinieron por la mañana y volvieron por la tarde», explica todavía con el susto y la rabia en el cuerpo.

Por desgracia, para José Antonio González la imagen no es nueva, pues en los últimos años ha padecido las consecuencias de varias lobadas que han mermado una de las cabañas más abultadas de la zona. En la nave se han vuelto a apilar los cadáveres de los animales afectados, algunos devorados casi por completo por el lobo, que apenas ha dejado el costillar.

Según relata el pastor sanabrés, solo el año pasado perdió «unas cien ovejas y cobré 48,60 euros, que es en lo que me valoraron un animal; lo recurres y no adelantadas nada. Es una vergüenza, nos vemos totalmente desamparados porque no es lo que pierdes en el momento del ataque, es todo lo que viene después». Por la experiencia de anteriores ataques de los cánidos José Antonio prevé nuevas bajas de ganado por abortos, además «los huérfanos no logran mamar y las ovejas heridas es muy difícil que se recuperen».

Asegura que en lo que va de año las pérdidas pueden llegar a unos 30 animales. «El año pasado crié unos cien corderos y para qué, para que se los coman los lobos».

Este ganadero de San Juan de la Cuesta, que ya ha denunciado los últimos ataques de lobos sufridos, lamenta la «impotencia total» ante la Administración. «En mi caso cuestionan que sea el lobo porque dicen que soy el único que denuncio pero es que la gente está harta, desde la Junta todo son pegas. No nos debemos callar porque son ellos los que tienen que controlar a los lobos, encerrarlos o hacer lo que sea, pero que a los ganaderos nos dejen vivir».

Con respecto a la polémica del lobo, los sindicatos agrarios demandan una reunión con la consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, para buscar soluciones ante los «ataques continuos» de las últimas semanas. Coag y Upa reiteran que «la única solución» para los ganaderos «pasa directamente por indemnizar los daños que producen los lobos en la cabaña ganadera, y que perciban por las pérdidas el valor real de las reses muertas y heridas sin necesidad de suscribir un seguro».

Por eso, las organizaciones siguen insistiendo en mantener un encuentro con la máxima responsable de la Consejería de Medio Ambiente. «Nuestra intención es explicar con detalle que los ganaderos no viven, ni pueden vivir, de mantener el lobo, sino de su trabajo en la explotación, y no podemos aceptar los riesgos y las pérdidas que la fauna salvaje sigue ocasionando a diario en el sector ganadero de Castilla y León».