Con las coplas más picaronas y el buen humor continuaban ayer muchas mujeres de Tierra del Vino celebrando a santa Águeda, mientras pedían la miaja. «Una vieja en tierra moros, tenía un rosario de bolas y bolos. Cada vez que la vieja bailaba, las bolas y bolos se le meneaban?.». Aguederas de Fuentespreadas, Arcenillas, Jambrina y Moraleja del Vino volvieron a tomar las calles de los núcleos rurales bailando con salero y exhibiendo sus mejores galas con trajes tradicionales realizados en muchos casos por ellas mismas con procedencias diversas: el de viuda rica de Toro, el de Carbajales de Alba o los de Aliste y Sayago, además de los más propios de la zona, Tierra del Vino, que adornados en muchos casos con mantones de Manila lucían en una jornada donde reinaba un sol espléndido y que constituyó un punto y seguido de la onomástica oficial de Santa Águeda, que figura en el santoral el 5 de febrero.

Cestas de mimbre, primorosamente adornadas y con generoso contenido, a base de frutos secos y caramelos conformaban la miaja que ofrecían las aguederas de Moraleja del Vino y Jambrina. Incluso en Moraleja añadían un chupito de licor, si el aguinaldo era de cierta enjundia.

La pedida de la miaja se hace de forma diferente en unos lugares que en otros. En Moraleja y Jambrina la dádiva los frutos secos y los caramelos, mientras que en Morales, la costumbre es entregar castañas cocidas en anises. «A Santa Águeda le tengo tirulirulí, le tengo que hacer un mantón con tres cadenitas de oro para el día de su santo?».

A lo largo de la tarde, las aguederas de Moraleja del Vino hacían un recorrido por las residencias de ancianos del pueblo, haciendo más amena la estancia de los residentes y familiares con cánticos diversos a ritmo de dulzaina y tamboril. Por su parte, las aguederas de Fuentespreadas tenían su cita el sábado por la tarde en el campo de fútbol, que se reinauguraba tras la reciente plantación de césped. En este pueblo el grupo no es demasiado numeroso a pesar de que la práctica totalidad de las mujeres del pueblo tiene trajes para lucir.

Además de las actividades de puertas afuera, las águedas también tienen sus particulares comidas, cenas y alguna que otra sorpresa que guardan en riguroso secreto .