Después de hacer una consulta previa a los sacerdotes, el obispo de Zamora, Gregorio Martínez, designó hoy los responsables que se harán cargo de los nuevos arciprestazgos resultantes de la fusión llevada a cabo el pasado mes de enero, cuando la Diócesis pasó de diez a siete arciprestazgos con la nueva división territorial, según informaron a Ical fuentes del Obispado zamorano.

De esta forma, con fecha 1 de febrero, el párroco de Sarracín de Aliste, Héctor Galán, fue elegido arcipreste de Aliste-Alba; el párroco de San Cristóbal de Entreviñas, Abelardo Febrero, arcipreste de Benavente-Tierra de Campos, y el párroco de Vezdemarbán, Mario Manso, responsable del arciprestazgo de Toro-La Guareña.

Por otra parte, y con fecha de 31 de enero, el obispo de Zamora nombró capellanes del Real Convento de Santa Clara de Toro (Clarisas) a los tres párrocos de la localidad: José Luis Miranda Domínguez, Ángel Carretero Martín y Roberto Castaño Joaquín, según precisaron las mismas fuentes.

Los decretos que entraron en vigor el pasado mes de enero supusieron una modificación de la organización territorial que afectó a 157 parroquias de la Diócesis de Zamora. Los antiguos arciprestazgos de Alba y Aliste se unificaron en el de Aliste-Alba, los antiguos de Benavente y Villalpando formaron el de Benavente-Tierra de Campos y los de Fuentesaúco y Toro pasaron a conformar el de Toro-La Guareña.