Dedicado por oficio a la pintura de brocha gorda, por afición se dedica a la pintura de pincel, más bien a la ilustración. Óscar Fernández es el afortunado de tener mano y capacidad para realizar con arte de profesional ambas inquietudes.

La publicación denominada «Garrotazo» es su órgano de distribución y tiene un ámbito de presencia reducido, parte de Villar del Buey y Fermoselle. Además la revista, que tiene mucho de cómic, se adquiere por la voluntad de los interesados.

Son treinta y cinco páginas llenas de humor que, en casos, invitan a la reflexión. Sin una ideología aparente, en sus contenidos lo mismo se tropieza el lector con chispas contra Zapatero que con fogonazos contra Rajoy, y es que el autor profesa un sentido del humor que le hace criticar, en sus viñetas, las posturas incoherentes, las protestas interesadas y los comportamientos desquiciados que existen en la sociedad y que, a veces, aparecen reflejados en los medios de comunicación o televisivos.

Estar al día es una fuente de información que nutre a Óscar Fernández y que luego plasma en sus particulares personajes. Su gran referente es Ibáñez, y por tanto las figuras de Mortadelo y Filemón. El artista sayagués ha creado sus propios protagonistas a los que pone gesto y voz para enjuiciar sin cortarse un pelo los comportamientos humanos o las ideas.

«Lo que trasmite son las inquietudes de la zona, desde su punto de vista».

El propio pintor costea con sus peculios la publicación, que presenta más gastos que ingresos. «Millonario no se hace» dicen en el entorno, pero fiel a su afición y al compromiso con sus lectores, tres o cuatro veces al año ve la luz «Garrozato».