Agentes medioambientales y la propia Guardia Civil mantienen un estricto control sobre toda la madera de pino procedente de Portugal para evitar por todos los medios que aparezca foco alguno del temido nematodo del pino, (Bursaphelenchus Xylophilus), capaz de ocasionar pérdidas irreparables en las masas forestales.

Los aprovechamientos de pinares mueven en la provincia de Zamora casi 900.000 euros al año, sumados los gestionados por la Junta de Castilla y León en Montes de Utilidad Pública y los contratos, y los particulares.

El control se ha endurecido aún más tras darse en noviembre un caso en la comunidad gallega, que ha obligado a tomar radicales medidas de corta de arbolado y de cuarentena. «Actualmente no se permite el paso de ninguna madera, viva o muerta, sin el correspondiente sello de garantía» expresaron ayer fuentes medioambientales.

Para demostrar el grado de control imperante, alude al caso de un camionero que trasladaba una gran máquina para la climatización de una nave y fue multado con 300 o 400 euros porque el palé de madera sobre el que asentaba la máquina no cumplía con los requisitos legales.

«Ni un palo siquiera» se permite traspasar la frontera si es detectado sin el debido tratamiento.

Y es que la penetración del microscópico gusano en los pinares zamoranos supondría «un gran varapalo económico» en un momento en que se registra un importante volumen de corta y venta de madera.

El Servicio de Medio Ambiente destaca que «los pinares de Zamora constituyen no sólo un valioso patrimonio natural sino también un importante recurso económico clave para revitalizar el tejido socioeconómico y crear empleo en el medio rural».

Según datos facilitados por el Servicio de Medio Ambiente «el nivel actual de los aprovechamientos de madera procedente de los pinares de la provincia gestionados por la Consejería de Medio Ambiente, como son los Montes de Utilidad Pública y los contratos, es aproximadamente de 50.000 toneladas al año, que se valoran en 800.000 euros, a un precio medio de 16 euros por tonelada».

Pone de manifiesto, además, que «en base a las solicitudes de aprovechamientos en pinares particulares recibidas en el Servicio Territorial de Zamora, en el año 2010, se autorizó la corta de 5.870 metros cúbicos de madera, a un precio estimado de 16 euros la tonelada, lo cual eleva el valor a un total de 75.136 euros». Se aprovecharon también «1.342 estéreos en leñas, a un precio estimado de 16 euros por tonelada, que viene a sumar otros 17.177 euros.

Fuentes medioambientales señalan, respecto al nematodo del pino, que «se realizan controles en carretera para que no entre en la provincia sin tratar madera verde ni restos maderables de resinosa que puedan transportar el vector de la enfermedad porque es un gusano muy jodido, que donde afecta se extiende como una mancha de aceite, porque va por el suelo y prácticamente es imposible detenerlo».

Desde la Junta de Castilla y León se subraya que «los pinares cumplen tres funciones, todas ellas encaminadas a lograr un desarrollo sostenible del medio natural».

Por un lado está «la función ecológica, ya que los pinares ejercen un papel fundamental como soporte de la diversidad biológica, albergando la flora y la fauna, cuya conservación es esencial».

Por otro lado está «la función económica, pues la madera de los bosques, junto con los pastos, las setas y los frutos, suponen una fuente de ingresos y un yacimiento de empleo de gran importancia en el medio rural. Todo ello ligado a la persistencia y regeneración del bosque».

Y por último, está «la función social, puesto que los montes proporcionan a la sociedad beneficios en forma de servicios. Esto quiere decir que constituyen el medio idóneo para realizar ciertas actividades de ocio y turismo rural».

La Xunta de Galicia detectó en noviembre pasado, en el municipio pontevedrés de As Neves, un brote de nematodo de la madera del pino, organismo nocivo de cuarentena que causa importantes pérdidas en masas de pinares y otras especies sensibles.

Se trata de un gusano microscópico, viajero y destructor, que nació en América del Norte, que está en Estados Unidos, Canadá, Japón, China y Taiwan, que en 1999 pisó Europa a la altura de Setúbal (Portugal), desde donde se extendió por todo el país vecino.

El foco aparecido en Galicia ha reforzado los controles fronterizos para evitar la presencia del gusano del pino en la provincia de Zamora, de modo que solo se permite la entrada de madera tratada y garantizada con el correspondiente sello.

El gusano precisa de un vector, que suele ser un insecto, para trasladarse, y con una enorme capacidad de procreación actúa obstruyendo la circulación de la savia del árbol que coloniza, llevándolo a la muerte.

E Servicio de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León cifra en aproximadamente 50.000 las toneladas de madera aprovechadas anualmente en los pinares situados en Montes de Utilidad Pública y contratados.

Los aprovechamientos de los pinares particulares, según las solicitudes, fueron de 5.870 metros cúbicos durante el pasado año.

El valor de ambos aprovechamientos se acerca a los 900.000 euros anuales, a un precio medio de 16 euros por tonelada.

Los pinares cumplen funciones ecológicas, económicas y sociales. Diversas masas ofrecerán dentro de 40 años «el producto estrella»