La velocidad máxima permitida era de 120 kilómetros a la hora, como se establece en las autovías, pero el conductor de un BMW pasaba literalmente volando por la A-11 la tarde del pasado lunes. El radar de la Guardia Civil de Tráfico detectó el vehículo cuando circulaba a 233 kilómetros por hora, casi al doble de la velocidad permitida. El conductor, un joven de 24 años, circulaba por la autovía a la altura del término municipal, de Fresno de la Ribera en sentido Portugal.

Una vez identificado, el presunto autor de estos hechos ha sido imputado como supuesto autor de un delito contra la Seguridad Vial. De acuerdo con la modificación introducida en el Código Penal, el conductor de un «vehículo de motor o un ciclomotor a velocidad superior en sesenta kilómetros por hora en vía urbana o en ochenta kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida reglamentariamente, será castigado con la pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años». Incluso, en circunstancias especiales, se puede proceder a la intervención del vehículo. Ya sea por reincidencia o el concurso con otros delitos graves. No obstante, en la provincia de Zamora no se ha llegado a tal extremo,

En el caso del joven «cazado» en Fresno de la Ribera, la Guardia Civil ha instruido las correspondientes diligencias, que ya se encuentran a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Zamora.

Es el caso más grave de exceso de velocidad localizado en lo que va de año pero no el conductor más osado que figura en los archivos de la Benemérita. El 8 de junio de 2009 se interceptó a un automovilista portugués cuando circulaba por la A-52 a 256 kilómetros por hora. Y a lo largo del pasado año un total de siete vehículos fueron localizados por el radar circulando a más de 200 kilómetros por hora en las carreteras de la provincia. Un caso similar al de Fresno de la Ribera lo protagonizó el conductor de uno de los tres Ferrari interceptados el pasado 26 de noviembre en la A-6, cerca de Benavente. Al volante de los flamante deportivos iban los imprudentes conductores, uno de los cuales fue cazado a 233 kilómetros por hora. El 19 de enero, en la A-66 a la altura del término de Matilla de Arzón, un coche volaba a 223 por hora. Por la A-52, en el término de Camarzana de Tera, el 31 de marzo un vehículo marca Lexus circulaba a 228 kilómetros por hora en un tramo de vía interurbana que tenía limitada la velocidad a 120 kilómetros por hora, excediéndose en más de 80 kilómetros respecto a lo autorizado. Y el 1 de agosto pasaba por la autovía, en Toro, otro temerario a 232 kilómetros por hora. En la mayoría de los casos, los pilotos ponen en sus manos coches de alta gama.

Aunque es en las autovías donde los conductores insensatos gustan más de pisar el acelerador, también se dan casos de disparatadas velocidades en las travesías urbanas. El año pasado se registraron tres casos significativos. Con el límite de velocidad a 50 kilómetros, la Guardia Civil interceptó tres vehículos que sobrepasaban extremadamente la norma. El 26 de marzo de 2010 un conductor circulaba por la travesía de Fonfría (Nacional 122) a 127 kilómetros por hora, es decir, 77 kilómetros más de lo permitido.

El 30 de junio otro temerario automovilista cruzaba por Trabazos a 121 kilómetros. Y el 24 de septiembre en la N-610, por Castrogonzalo volaba otro automóvil a 121 kilómetros/h.

En su continuada labor en favor de la seguridad vial, la Guardia Civil ha imputado en los últimos días a conductores en Toro, Zamora y Moraleja del Vino por conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas.