«El jamón de este cerdito, para el año que viene, gloria bendita». Y nunca mejor dicho, porque en el ritual de la bendición de animales que se llevaba a cabo en Arcenillas, al igual que todos los 17 de enero, cuando se celebra la fiesta de San Antonio Abad, no faltaba el lechoncito, como en anteriores ediciones. Además de una pareja de periquitos, perros y hasta mascotas de peluche que los más pequeños acercaban hasta el sacerdote, Joaquín Redondo, para recibir el agua bendita.

Con la bendición de animales finalizaban los actos religiosos que comenzaban a mediodía con la misa en honor al patrón y la procesión en la que es costumbre que los quintos de este pueblo porten las andas del santo. En esta ocasión, a falta de quintos, un grupo de veteranos, entre los que se encontraba también alguna mujer, vestidos con la típica capa española, aupaban a hombros a San Antonio, que llevaba en su mano derecha la típica rosca de anises.

A lo largo del fin de semana los bailes populares y las comidas de hermandad se han desarrollado también en esta pequeña localidad de Tierra del Vino, que despedía ayer la fiesta con un aperitivo al que convidaba el Ayuntamiento, administración que se ha hecho cargo durante esta edición de la organización de los festejos al carecer de quintos el pueblo.

La festividad de San Antón también fue celebrada en la localidad de Manganeses de la Lampreana, donde los actos festivos dieron comienzo por la mañana con la bendición de las mascotas que mayores y pequeños llevaron ante la puerta de la iglesia parroquial. Según la tradición se entregó a cada uno una rosca después de que su mascota recibiera el agua bendita.

A continuación tuvo lugar la misa donde los vecinos de la localidad ofrecieron al Santo diversos productos de la tierra y animales que fueron subastados posteriormente.

Según explicó el alcalde de Manganeses de la Lampreana, Juan Carlos Bueno, «las ofrendas a San Antón, sobre todo los animales, suele ser compradas por grupos de personas para luego hacer meriendas». Los fondos recaudados en la subasta servirán para ayudar en los gastos de la parroquia. Este año, se ha reducido la participación vecinal en las celebraciones al caer la festividad en un día laborable, «ha venido menos gente pero a pesar de ello la animación en la subasta se han mantenido», prosigue Bueno.

A mediodía medio centenar de vecinos de la localidad se reunieron en el local de la Asociación Cultural «Las Flores» para degustar un cocido que sustituyó este año a la tradicional «sanantonada».