«El arte es mi vida». Precisa y contundente. Incontestable. Helena Losada mamó desde pequeñita el espíritu creador del padre y así se explica tan segura respuesta. Aunque nacida en Las Palmas de Gran Canaria (ahora reside en Valladolid), a Helena le une un cordón umbilical con Zamora a través de su progenitor, el pintor e ilustrador de libros Emilio Losada, natural de Guarrate. «Toda mi familia paterna viene de allí», expresa esta joven creadora recién licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y, pese a sus tempranos 26 años, poseedora de un denso curriculum plagado de premios, menciones y exposiciones.

La última, en la Galería Espacio Loft Arte de Valladolid donde hasta el 31 de diciembre se pueden ver dos de sus proyectos más destacados -«Ensoñaciones» y «Embotellamiento»- junto a las últimas obras (grabados) en las que ha estado trabajando. Y ya prepara una exposición colectiva en Pedrajas de San Esteban junto al colectivo «Bocallave».

Aunque prolífica en sus creaciones, la especialidad de Helena Losada es el grabado, una técnica que siempre la fascinó y confirmada tras su paso por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, donde realizó el Sello calcográfico de la emisión filatélica "Personajes. Zenobia Camprubi" y colaboró en el sello emitido con motivo de la Expo Zaragoza 2008. «Hice el primer grabado como un trabajo de clase y me gustó. Es una técnica muy especializada donde dibujas una imagen sobre una matriz, no ves lo que haces y eso le da cierta emoción». Así como la pintura o el dibujo resultan mucho más familiares para el observador, «todo el mundo lo entiende», en el grabado «se respira otra cosa, tiene alma», describe Helena inmersa en su mundo creador.

¿De qué fuentes se alimenta, dónde encuentra la inspiración?. «Depende de la época, va un poco con la personalidad. Me gusta mucho la mitología. Ahora estoy más cerca de las alegorías, las leyendas, las Parcas (Tres ancianas hilanderas, diosas romanas del Destino. Cloto, la encargada de elegir el hilo de la vida. Láquesis de tejerlo y asignarlo. Y Átropos de cortarlo al llegar la muerte). Son épocas de la vida que van viniendo».

Se siente «contenta» por hacer lo que le gusta; es su vida, como ha dejado bien sentado. Otra cosa es poder vivir del arte. «Esto es luchar día a día y estar pensando constantemente, crear, innovar, investigar». A su edad, Helena ya es bien consciente de lo «difícil» que es abrirse camino y más con la técnica que ha elegido. «En Alemania el grabado se valora mucho pero en España todavía es el gran desconocido, a diferencia de la pintura. Lo que ocurre con el grabado es que, una vez descubierto, a la gente le gusta. Esto es muy delicado, hay que tener mucho cuidado».

En realidad la artista se nutre de otras técnicas. Fotografía, acuarela, dibujo... porque también son necesarias para los grabados. El del creador es un trabajo personal. El artista frente a la obra. ¿No echa de menos trabajar con otras personas?. «En solitario es una forma a la que te terminas acostumbrando. En la Facultad o en la Casa de la Moneda estaba con los compañeros, ha sido difícil empezar a estar sola en tu estudio», confiesa.

Helena no para. Por fortuna no le faltan oportunidades de exponer una obra salpicada de reconocimientos. «Los concursos son una manera de darte a conocer. Sin experiencia ni curriculum parece que no existes». No oculta su deseo de poder exponer algún día en Zamora. Antes lo ha hecho en la Real Casa de la Moneda de Madrid, el Cabildo Insular de Gran Canaria, la Diputación de Guadalajara, San Lorenzo del Escorial, el Museo de las Artes del Grabado de Ribeira (A Coruña)...

¿El objetivo más inmediato?. «Poder vivir de esto y no tener que acudir más a otros trabajos». Helena Losada se gana la vida en el mundo del diseño -colaborando con su padre-, «que también es personal y artístico».