El Ayuntamiento de Otero de Bodas finalizará antes de fin de año las obras de adecuación del entorno del antiguo cuartel de la Guardia Civil, habilitado desde su desocupación como viviendas sociales. Las obras se completan en estos momentos con la construcción del muro exterior y su revestimiento. El edifico cuenta con 8 viviendas y un local, que fuera antes la sede de la oficina de la Benemérita en el municipio. Todas las viviendas están alquiladas con preferencia para los residentes empadronados, aunque también están alquilados dos de los pisos a trabajadores de una contrata dedicada a trabajos madereros, como señalaba el alcalde Juan Carlos Blanco Blanco. El coste del acondicionamiento del antiguo cuartel asciende a 22.703 euros.

El precio de alquiler de estos pisos es casi simbólico y ajustado a las rentas porque no llega a 100 euros «un precio bastante ajustado» como señalaba el alcalde, y sus ocupantes son su mayoría vecinos del pueblo. El local está asignado a una de las asociaciones locales como sede del colectivo.

El Ayuntamiento de Otero ha ido invirtiendo en mejoras del inmueble, una de las últimas el cambio de la carpintería metálica de todo el edificio. El muro exterior necesitaba una reforma porque hace unos años se derrumbó parcialmente. Estas obras se han presupuestado dentro de la segunda convocatoria del Plan de Economía Sostenible estatal para los municipios de la provincia, dentro del Fondo de Sostenibilidad Social, FEESL del Ministerio de Administración Pública. El segundo proyecto desarrollado por el Ayuntamiento dentro del Plan de Sostenibilidad destaca el parque infantil y de la tercera edad, con cargo al FEIL, Fondo Estatal de Inversión Local. La inversión asciende a 37.699 para este parque y otro en el anejo de Val de Santa María.

De los cuarteles de la Guardia Civil de la comarca, clausurados en los años 90, tan solo el de Palacios de Sanabria y el de Otero de Bodas se han mantenido como viviendas públicas de uso civil, una vez que los inmuebles han revertido a las corporaciones municipales. El alcalde reconocía que no había problemas para alquilar los pisos que se quedaban vacíos porque hay demanda en el pueblo «y siempre hay alguien que se queda en alquiler».