La cosecha de grano en Rusia ha descendido este año un 33 por ciento en comparación con 2009 debido a la sequía, que arrasó este verano más de diez millones de hectáreas de cultivos, informó ayer el Ministerio de Agricultura. Los agricultores rusos han recogido 64,2 millones de toneladas, frente a los 97 millones del pasado año, según las agencias locales.

En las fértiles regiones bañadas por el río Volga, las más afectadas por la peor sequía en décadas en la parte europea de Rusia, se recogieron 6,67 millones de toneladas frente a las 20,69 del pasado año.

Mientras, en las regiones centrales del país se recolectaron sólo 10,1 millones de toneladas, frente a los 21,1 millones de 2009. El ministerio dio ayer por prácticamente cerrada la recogida de grano, mientras la de girasol está en su fase final (5,1 millones) y continúa la de remolacha azucarera (20,8 millones).

Debido al drástico descenso de la cosecha de grano, el primer ministro ruso, Vladímir Putin, ha prolongado hasta el 1 de julio de 2011 la prohibición de exportar cereales impuesta en agosto. La medida, que provocó inquietud en los mercados internacionales, afecta al trigo, centeno, cebada, maíz y a la harina de trigo y de centeno, pero no al arroz. Los sindicatos agrícolas pidieron en vano al Ejecutivo que no impusiera la prohibición, los países importadores comenzaron a buscar alternativas y los productores alertaron sobre una inmediata alza de los precios de los alimentos. El primer ministro reconoció que el Gobierno ha tenido que asignar una gran cantidad de dinero en ayudas a productores y campesinos, puesto que era la única forma de evitar que se dispararan los precios del pan, la harina y otros productos básicos.