La villa de Mombuey conmemoró ayer San Martino, patrón del ajo y el marrano, con una feria de productos meritoria ya que tuvo que competir con un día sin lluvia pero desapacible, y con el mercado semanal de Benavente.

La feria contó con un nutrido grupo de autoridades locales encabezadas por los concejales en pleno de la corporación de Mombuey, al que se sumaron los representantes de las instituciones provinciales, entre ellas la subdelegada del Gobierno, Pilar de la Higuera; el procurador regional, José Benito Martín, el diputado provincial Manuel Santiago; o el ex alcalde de Zamora Carlos Hernández.

El alcalde de Mombuey, Jesús Leal, resumía con claridad meridiana, durante la entrega de premios a los mejores puestos y productos, el significado de la feria y el concurso de productos: «es una forma de agradecer a la gente el buen hacer de la comarca y más que entregar una gratificación es un agradecimiento a vuestra labor, con la intención de apoyar vuestro trabajo mantener un mercado tradicional donde se evitan los intermediarios». Así medio centenar de pequeños puestos jalonaron la calle de la Iglesia hasta la explanada de la Iglesia de Santa María más conocida por su torre templaria. Si se hace caso del comentario popular los ajos de San Martino duran más que los de San Pedro, o al menos llegan hasta final de año o hasta la matanza del cerdo, ya próxima, con buena presencia. Pero la feria de ayer no solo era para los ajos finos, sino que se congregaron un sinfín de cebollas, calabazas, legumbres, guindillas y hasta productos de artesanía como los fabricados por la sanabresa Rosana Alonso, que a la postre se llevó el premio en esta categoría.

Algunos productos llamaban por su sola presencia o su tamaño la atención, como el puesto de Sandra Carracedo Lobato, que ha cosechado ejemplares de cebollas que han llegado a pesar un kilo. Este cultivo sale de Carracedo de Vidriales, aunque ayer acercó hasta la feria calabazas y ajos. Su familia lleva cerca de 20 años acercándose a San Martino y ahora es ella la que releva a sus padres. A medida que se acerca el mediodía las calles de Mombuey se van llenando de público y compradores. Otra de las productoras de los valles, Elvira Lobato Gutiérrez de San Pedro de la Viña, explica que no falta ni un año a esta feria «por apoyar un poco y porque quiero que ferias como esta sigan adelante». Esta mujer atendía un pequeño puesto con sus ristras de ajos ordenadas y alguna que otra guindilla encendida de colores. Lleva muchos años viniendo a la Carballeda y conoce ya a buena parte de los visitantes.

A media que se acercaba el momento de la procesión y la celebración de los actos centrales del segundo patrón de Mombuey, el grupo de autoridades pasaba revista a los puestos para la clasificación de la «champions league» de la huerta samartiniega, que atrae a conocidos empresarios de hostelería de la cercana Sanabria para hacer acopio de ajos y alguna que otra cebolla.

El párroco de Mombuey, Manuel Benavides, dedicó un recuerdo especial a la persona que donó la imagen del santo, Eugenio Antón Rapino, que falleció este año. Los actos religiosos comenzaron precisamente con la procesión de la imagen de San Martín por las calles antiguas del pueblo, para enfilar la calle de la Iglesia para entrar al templo. Manuel Benavides vinculó la historia y la antigüedad de Mombuey al camino de Santiago, a la cañada sanabresa y a la comunidad templaria que levantó la monumental torre que preside el pequeño pueblo. El párroco evocó la figura de San Martín, el soldado romano que rasgó su capa para compartirla con un pobre.

Agasajados se sintieron ayer los ganadores de esta edición de la feria de productos: María Ursicina Cobreros, Juan José Llamas (cebollas); Avelino Ferrers e Inés Una (ajos); Carmen Lobo (guindillas); Manuel Delgado (mejor puesto); Rosana Alonso (artesanía); la Asociación Pro Semana Santa de Mombuey; Placido Gutiérrez (mejor producto) y Carlos Carballo al producto innovador.