La Romería de la Tuiza congregró ayer a cerca de un millar de personas en la explanada del Santuario de Chanos junto a la ribera del río Tuela, en una jornada festiva en la que los miembros de la Banda de Gaitas Das Portelas se licenciaron, por primera vez con buenas notas y mejores bailes, ante su patrona de Las Nieves. A la una del mediodía la reina de la Alta Sanabria salía del templo por la puerta grande que mira al oeste donde aguardaban los miembros de la banda local que entonaban el ritmo de acordes más gallegos que castellanos para imponer un lento recorrido alrededor del Santuario de La Tuiza.

A paso de gaita y redoble de tambor las mujeres, en su mayoría, se turnaban casi sin tiempo en la labor de llevar en andas la imagen. Una vuelta de unos escasos metros alrededor del monumento del barroco gallego que se hacen muy cortos. Cientos de personas aguardaban el paso de la virgen para comenzar la jornada de fiesta, porque es de los pocos santuarios donde la procesión abre los actos religiosos. Con el templo lleno hasta la bandera hubo oportunidad de seguir la ceremonia desde el exterior del recinto por la megafonía, un lujo si se tiene en cuenta que hasta hace dos años el templo no tenía luz eléctrica, y este año además desplegó por todo lo alto el alumbrado monumental que ensalza el recinto.

Para que la Tuiza sea un éxito lo importante es que acompañe el tiempo. Y acompañó. Un día soleado y con buenas temperaturas, sin espacio para las nubes ni el frío, animó a las más jóvenes a lucir trajes cortos y descubiertos. La devoción imperaba entre las paredes de piedra. Un joven con un brazo escayolado sin contener la emoción esperaba a que la fila, que tributaba homenaje y besaba el escapulario y los pies de la virgen, menguara para poder acercarse. Escenas de pasión por esta imagen a la que algunos le deben más que la vida. Con igual pasión los miembros de la coral Senda y Surcos ensalzaron la ceremonia oficiada en el interior del santuario.

La jornada se abría con la procesión y la misa, pero la siguiente cita era de mesa y mantel. Primero recrearse la vista con el asado a fuego lento de ternera y media que no envidió en nada a la Denominación de Origen Gallega, esta era de denominación de origen sanabresa pero de Villanueva de la Sierra, o Vilanova para los gallegoparlantes. Un lujo para el paladar, y para los que no la pudieron catar, un lujo para el olfato.

La siguiente cita para abrir apetito era con los cientos de kilos de pulpo que ayer se degustaron a pie de santuario, a razón de 80 kilos por caldero de cobre de media, regados con unos blancos cercanos de Orense. Para completar el menú costillas y chorizos a la brasa, y los más previsores encargaron la tortilla y la empanada dentro de la cesta. La mayor parte de los pueblos de Ata Sanabria cerraron ayer para festejar la romería comarcal, fiesta a la que se suman decenas de pueblos de A Canda y Mezquita, algunos se desplazan a pie hasta el santuario.

Pero el plato fuerte aguardaba en la carpa donde se celebraba la Feria de Artesanía y Productos que acercó una selección de mercancías de los territorios de Braganza, Orense y Zamora, una apuesta del municipio para que la romería no decaiga. Los expositores desplegaron desde cestas portuguesas fabricadas a la vieja usanza, cueros de Zamora, jabones de zorro perfumados con lavanda y cremas ecológicas, hasta adornos confeccionados en plata, una feria que lejos de buscar ventas apuesta más por presentar los productos locales, como las marcas adscritas a la marca Tierra de Sabor, que quiere relanzar los productos de Castilla y León.

La noche terminó con un aderezo musical de Salsa Rosa que puso el baile patas arriba en la plaza de Lubián.