Los vecinos de Granja de la Moreruela retan continuamente a la suerte al cruzar el tramo de la N-630 entre Zamora y Benavente que atraviesa la localidad, donde se han producido varios accidentes en los últimos meses. Ayer decidieron salir a la calle para protestar a pie de vía. A la cita acudieron más de un centenar de personas que desde las once de la mañana se manifestaron por la situación de inseguridad vial de un recorrido muy transitado por vehículos que circulan con destino a Zamora y Benavente.

El alcalde de Granja de Moreruela, Juan Carro Santos, denunció que a pesar de que el tramo está limitado a una velocidad de 50 kilómetros por hora, «los vehículos no la respetan. El límite debería ser incluso inferior, porque el único paso que hay tiene una visibilidad de 100 metros escasos». Además, la vía divide el municipio y deja a ambos lados servicios básicos para la población como el consultorio médico, la farmacia o el colegio, por lo que es inevitable que los vecinos tengan que atravesarla con frecuencia, incluso varias veces al día.

Los vecinos, que se reunieron junto a la iglesia, portaron una pancarta en la que se podía leer «Granja, Riego, Fontanillas, autobuses de Vivas». Después de varios minutos invadieron la vía para obligar a reducir la velocidad a los vehículos que en ese momento circulaban por la travesía ante la sorpresa de los conductores. Los vecinos aseguran que la solución a esta situación de inseguridad vial «es sencilla, bastaría con instalar semáforos luminosos, radares, más pasos de peatones o bandas sonoras en la carretera».

Juan Carro Santos asegura que «el Ministerio de Fomento debe percatarse de un problema creado por el retraso de la autovía, ya que los proyectos tienen fecha de 2003 pero las obras todavía no han comenzado». Además, considera «una vergüenza» que este tramo de la Ruta de la Plata «sea el último que se acondicione con la gran importancia que tiene» y asegura que con la protesta vecinal de ayer «hemos querido aprovechar que el tema de la autovía está candente para recordar lo que sucede aquí».

Aparte del incumplimiento del límite de velocidad de los vehículos en este tramo urbano, el problema de inseguridad vial se incrementa con una curva peligrosa y la estrechez de la acera para peatones por una parte y la inexistencia de ella en el otro lado, ya que hay un regato. Por otro lado, los vehículos procedentes de Benavente con destino a Zamora sólo cuentan con un acceso al pueblo en la margen izquierda y además existe confusión con una línea pintada en la carretera «que antes era discontinua, luego pasó a ser continua y no se podía rebasar pero desde hace meses ya no se aprecia y no viene nadie a señalarla de nuevo». A todo ello, los manifestantes se quejaron también del ruido que conlleva una carretera con mucho tráfico que cruza por la mitad del pueblo.

Los manifestantes hicieron hincapié en el peligro que supone que personas mayores tengan que cruzar la calzada varias veces al día. «Todos los días algún vehículo tiene que reducir su velocidad repentinamente ante peatones despistados o personas de edad que tardan varios minutos en atravesar la vía». Según el alcalde, «a la hora de cruzar el método es arrimar el oído para decidir cuándo es el mejor momento de dar el paso, pero obviamente muchas veces a los vecinos les toca correr porque no han notado la presencia de un vehículo que luego atraviesa el tramo en un momento». A ello se suma la peligrosidad que supone la circulación de camiones de gran tonelaje por la carretera N-630.

Juan Carro Santos no duda en afirmar que «cuando se haga la autovía esto estará solucionado» y apunta que este «es un problema que también afecta a otros pueblos, pero aquí nos quejamos porque valoramos más la seguridad y calidad de vida de los vecinos antes que el buen funcionamiento de los negocios gracias a la autovía».

Los problemas de inseguridad vial expuestos ayer por los vecinos en un tramo «de alta siniestralidad» se han traducido en los últimos años en varios accidentes, algunos de gravedad y con víctimas mortales. El último siniestro, leve, tuvo lugar el pasado mes de agosto y además los propios peregrinos que atraviesan la localidad en su camino hacia Santiago de Compostela han sufrido las consecuencias del mal estado de señalización de la carretera. En este sentido, los vecinos recordaban ayer el accidente en el que «unos peregrinos que circulaban en bicicleta fueron arrollados por un vehículo y uno de ellos tuvo que ser trasladado a la UVI».