La campaña de recogida de moras silvestres, que como cada año coincide con los días de finales de verano y el principio del otoño, está pasando con mas pena que gloria en la comarca de Aliste, Tábara y Alba, a causa de los bajos precios de mercado. A ello se une la escasez y la baja calidad del producto. Las personas, muchas de ellas jubiladas, que se dedican a la recogida están logrando vender el producto a solamente un euro el kilo, algo que consideran muy bajo para el trabajo que da recogerlas y que lo les compensa el esfuerzo y el sacrificio.

«La moras son muy pequeñas y para ganarte un jornal normal de unos 18 euros tienes que recoger 18 kilos, y eso para una persona resulta materialmente imposible, aunque salgas con el sol y vuelvas de noche» manifiesta Avelina Garrido.

A pesar de las nevadas y las lluvias del invierno las moras son muy reducidas y a causa de la sequía veraniega las moras están resecas con lo cual tienen menos liquido, son menos lustrosas y pesan menos. Del precio de un euro, el empresario le paga entorno a 15 céntimos por kilos a los intermediarios que tienen en los pueblos, con lo cual parece ser le deja poco margen.