La localidad de Gallegos del Campo ha revivido, coincidiendo con las fiestas veraniegas del «Corazón de Jesús», la ancestral y mágica tradición de la puesta del ramo y la rosca, un ritual y una ceremonia que congregó a todo el pueblo, viviéndolo sus vecinos inmersos en la pasión y la algarabía, como una de las tradiciones más importantes y con más arraigo del pueblo.

El joven mozo José Félix Pérez fue el anfitrión, para lo cual se había antes ofrecido como voluntario el año anterior. La ceremonia, según los organizadores «siguió todos los pasos que manda la tradición, con las pertinentes celebraciones religiosas y los protocolos habituales para el nombramiento de cargos y desarrollo de los actos, dotándola además, de un carácter especial en la organización de la misma, para que esta recuperase toda la esencia».

Uno de los actos más llamativos fue el pasacalles con música a ritmo de gaita de fole y tamboril para ir a la corta del ramo, de una moral, que decorado con flores por las mozas,. Luego la comitiva fue en procesión hasta la vivienda de José Félix Pérez donde fue colocado en su fachada. Fue aquí donde se procedió a recuperar el popular baile de la botella mientras el anfitrión era condecorado con la puesta del ramo. Todo ello complementado con el lanzamiento de cohetes y los vítores autóctonos.

Según manifiesta José Félix Pérez, «se trata de una tradición bastante original y única en la región, guardando cierto simbolismo y paralelismo con otras celebraciones y rituales de otros pueblos en cuanto al significado comunal y consuetudinario de la misma, como escenificación de las enramadas y las alcaldías y cofradías de mozos, lo que en otros pueblos viene a ser la entrada de quintos, pero con la particularidad y la esencia de un ritual único y diferente».

Finalmente se llevó a cabo la convidada con la novedad del obsequio por parte del anfitrión de uña pañoleta conmemorativa con el logo del evento. Antaño el banquete tenía lugar en casa del anfitrión, hoy en un local público.

La rosca y el ramo es una celebración festiva y comunal de las más llamativas y de mayor riqueza etnográfica y cultural de Gallegos del Campo que se desarrolla entorno a el Corazón de Jesús. Aparte de las rondas y alboradas, las cuales significaban antaño verdaderas escenificaciones de la vida pastoril y rural entre cánticos de amadas y galanes por las calles dirigidos a las mozas, se celebraba y se celebra con motivo del día grande esta fiesta de cariz religioso. El ritual manda que cada años tres mozos sean nombrados dentro de la misa, uno de los cuales será luego el que ofrezca la fiesta.

«Hay rituales y simbolismos que hoy forman parte de nuestra tradición y apenas conocemos su significado pero los realizamos por costumbre, porque forman parte de nuestra cultura. Con la rosca pasa un poco lo mismo, pero realmente, se trata de una de las celebraciones con las que más nos identificamos todos los de este pueblo de Gallegos del Campo y, sin lugar a dudas, la que con mayor arraigo ha perdurado» señala José Félix, satisfecho por «el deseo de ver en la juventud y la mocedad de un pueblo, de una comunidad rural, como esta el apego y la ilusión por conservar los rasgos que nos unen».