La guía de El Castillo de Puebla de Sanabria recoge documentos inéditos que dan luz sobre la historia de este monumento, desconocido incluso para el común de sanabreses. En poco menos de un centenar de páginas se desentrañan aspectos fundamentales sobre su construcción, sus remodelaciones, sus propietarios y su papel en las guerras históricas contra Portugal e incluso durante la ocupación francesa.

Entre esos documentos uno de los más importantes, para aclarar su presente, es la cesión real del edificio al Ayuntamiento, mediante Decreto sancionado por la Reina Regente María Cristina en nombre de su hijo menor de edad Alfonso XIII, fechado en San Sebastián a 28 de julio de 1895. El documento dice en su artículo primero: «Se cede provisionalmente al Ayuntamiento de Puebla de Sanabria, el antiguo castillo que existe en Aquella villa, hasta tanto que se determine si será o no útil para la defensa de la frontera de Portugal, y, en caso negativo, la cesión será definitiva y de pleno dominio». La cesión está condicionada, en su artículo tercero: «cuando el Ministerio de la Guerra necesite el castillo volverá a su dominio».

Desde hace 115 años el edificio ha estado ligado a la vida civil y en la evolución de las necesidades de la municipalidad. Así se ha convertido en destacamento militar, cárcel, almacén o granja. Tras su decadencia vuelve a escribir una página histórica en nombre de la cultura y el turismo.

Doscientos años antes, durante la Guerra de Independencia de 1808, su uso era estrictamente castrense fue testigo de la llegada de algunos destacamentos de la División Serrar. Tratando de avituallarse, avanzaron por el camino de Bragança, oponiéndose a su marcha el general Silveira, que se dirigió a su encuentro sobre la villa de Puebla de Sanabria, donde los franceses habían entrado el 29 de julio, llegando los portugueses al amanecer del día siguiente día 30". Silveira con sus dos Brigadas de Milicias y 200 soldados del XII regimiento de caballería cercó el castillo de Puebla, un 3 de agosto, obligando a capitular a los franceses el día 10. Los franceses entregan sus armas personales, 9 piezas de artillería de gran calibre y un Águila perteneciente al batallón suizo que allí se rindió.

Uno de los primeros documentos conocido es el Concilio de Lugo en el año 569 donde se proclama la creación de nuevos obispados y el reparto de la Diócesis. Al prelado de Orense se le atribuye Palla, Auna, Verugio, Bebalos, Ceporos, Temnes, Pinca, Sassavio, Vercanos, Senabria y Calabaças Maiores (Calabor). Otro documento relevante es la carta de fuero, o carta puebla concedida a Puebla de Sanabria en 1220 por Alfonso IX, fueros similares a los de Benavente, que en 1273 ratifica Alfonso X. El periodo coincide con la Repoblación y la Reconquista auspiciadas por los monarcas. Una de las primeras menciones precisas sobre la presencia de un castillo o fortaleza es del siglo XIV que dice textualmente «torre baxa que llamavan de los Losada». El bastardo Enrique arrebata la Puebla a Men Rodríguez de Sanabria, señor de la zona, y se la otorga a los Losada por el apoyo en la guerra contra Pedro I. En el último tercio del siglo XV la familia Pimentel, Condes de Benavente, se hacen con el control de Puebla y su comarca. Es durante su dominio cuando se ejecutan la mayor parte de los trabajos de la actual fortaleza, entre 1477 y 1482 con el IV Conde de Benavente, Rodrigo Alonso Pimentel. El maestro Juan de Herrada participa en los trabajos de la torre del Macho, la torre del homenaje.

Los huéspedes más ilustres fueron la reina Juana la Loca y su marido Felipe el Hermoso, que desembarcan en A Coruña, desde Flandes, para tomar posesión de su título de reina de Castilla. La leyenda dice que hacía tanto frío que Su Majestad se alojó en una casona de la villa. La reunión en la ermita de Remesal entre Fernando el Católico, rey de Aragón y administrador regente de Castilla, y su yerno Felipe el Hermoso en presencia del Cardenal Cisneros evitan una guerra que se plasma en la Concordia de Villafáfila.

Con el nieto de Juana la Loca, Felipe II, se abre otro capítulo sobre las contiendas con Portugal que se tradujo en la rivalidad entre las fortalezas de Puebla de Sanabria y Braganza. Durante la Guerra de Sucesión, con la muerte de Carlos II, se abre otro periodo de protagonismo de las plazas militares de la frontera hispanolusa y del castillo de Puebla que tras el asedio de Portugal queda bajo su poder durante 9 años, entre 1706 y 1715.

La guía recoge reproducciones de los planos que se usaron para la reconstrucción de la maltrecha fortaleza en el siglo XVIII y que desvela aspectos funcionales como el horno, el palomar, una capilla y hasta letrina.