Cientos de peñistas protagonizaron ayer el vistoso y espectacular desfile que da el pistoletazo de salida a los festejos de Santa María Magdalena, de Moraleja del Vino.

Fueron más de medio centenar los colectivos congregados en la plaza mayor para seguidamente participar en un recorrido por las calles del pueblo, que estuvo marcado por una explosión de colorido, de entusiasmo y de alegría.

El Ayuntamiento de Moraleja, presidido por Guillermo Freire Rodríguez, proporciona las camisetas a aquellas peñas que la solicitan para así ataviar a los nuevos integrantes. «Más de un millar han sido facilitadas este año» según precisó el alcalde, que resalta la aportación a la fiesta de las asociaciones. «Sin las peñas, la fiesta estaría dentro de lo normal», manifiesta.

La apertura de los colectivos a las amistades, sean de donde sean, es un factor que multiplica la concurrencia de peñistas, de modo que Moraleja del Vino «dobla» su población en estas fechas.

Fue un desfile multicolor, «como el que ofrece el ciclismo», con la particularidad de que, al no haber límites de edad, los inmersos en la marcha fueron desde bebés de menos de un año hasta personas septuagenarias u octogenarias que siguen ligados a la envolvente atmósfera de la diversión y el disfrute.

Aunque cada peña marcha a su aire, la mayoría optó por hacerlo a pie, acompañado a las integrantes del grupo «Brasil Pandeiro», que subieron sobremanera el tono del espectáculo y encandilaron al público con su dominio de explosivo movimiento y del contoneo.

No obstante, otras peñas impusieron su sello al marchar en vehículos y carrozas bellamente diseñadas para la ocasión. Ante tanta diversidad de peñas, los nombres de las mismas también son de lo más plural. Los Jóvenes del Bienestar, por ejemplo, está integrada por personas jubiladas, pero nombres como Siglo XVI, El Barrio, Los del Pilón, Apocalipsis, Los Prófugos, La Tentación, La Benemérita y tantos otros conforman toda una relación de agrupaciones de familiares, amigos, conocidos y quintadas. La euforia irradiada ayer en el transcurso del desfile de peñas promete unos festejos cargados de adrenalina.

El pregón corrió a cargo del presidente del Club de Fútbol de Moraleja, Nicolás Rodríguez, que recurrió a sus más de cuarenta años de vivencias para hacer un recuerdo de momentos esenciales. Aludió al calor que alcanza la bodega que permanece hasta 18 horas del día abierta y donde en alguna ocasión se llegaron a consumir la friolera de 1.500 litros de limonada por las fiestas. Era un lugar abierto a los amigos y todas las personas. Fue, además, el último presidente de la Comisión de Festejos, en el año 1985, cuando todo el pueblo colaboraba en el montaje de la plaza portátil, hecha con traviesas de la vía del tren. Entonces, la costumbre de pedir la colecta por todo el pueblo estaba todavía en vigor. Nicolás Rodríguez no pudo menos que sacar a colación el fútbol y alabar la existencia de una cantera infantil bastante buena y que consigue satisfactorios resultados deportivos.

Hoy tendrá lugar la misa en honor de la patrona, a las 12.30 horas y, por la tarde, juegos infantiles y espectáculo de magia.