La inundación de un contenedor que alberga un regenerador dejó ayer sin servicio telefónico a los vecinos de los siete pueblos que conforman el municipio de Gallegos del Río (Domez, Lober, Valer, Tolilla, Lober y Puercas).

El corte del servicio de telefonía se extendió al menos durante diez horas, pues a las 8 de la mañana ya fue detectado la inexistencia del servicio, que no fue restableció hasta las 16,20 horas de la tarde, según precisaron fuentes de la empresa Telefonía.

Respecto a las causas que produjeron el corte del servicio las mismas fuentes de Telefonía apuntaron que fue la inundación del contenedor donde está albergado del regenerador. «Se llenó de agua y fue necesario realizar labores de extracción del agua y luego el secado para recuperar el servicio. Precisaron, además, que el corte afectó a un total de 129 clientes y destacan que el tiempo de restablecimiento de la telefonía fue «el razonable» para un problema de esta naturaleza.

El servicio quedó de nuevo operativo una vez que los operarios achicaron el agua y procedieron al secado del regenerador. En Telefónica no matizaron el motivo que ocasionó la inundación de la dependencia que acoge el elemento de generación, aunque sí manifestaron que la compañía cuenta «con millones» de regeneradores repartidos por el país y es una avería no desconocida. Las localidades del municipio de Gallegos del Río se abastecen a través de una central ubicada en Gallegos. En su mayoría, los usuarios son de gente mayor que sólo tiene el teléfono fijo en sus viviendas, personas de edad que se mantienen fieles al mismo «por ser más fácil de usar» que los nuevos modelos. Entre los afectados estuvieron, además el centro médico de Gallegos y la farmacia, que tienen teléfonos fijos.

Por otra parte, en cuanto al corte del servicio de telefonía al Ayuntamiento de Riofrío de Aliste, se hizo hincapié en que no fue una decisión adoptada con precipitación alguna, ya que la Alcaldía había sido advertida por los procedimientos oportunos en diversas ocasiones. Sin embargo, una y otra vez el alcalde, Florentino Casas, había hecho caso omiso de los requerimientos.