Dulzainero y compositor de Samir de los Caños

Chany Sebastián

El señor José nació en 1942 en la familia «Belver Fernández» de Samir. Eran nueve hermanos.

- Cómo fueron sus inicios en el mundo del folklore popular?

- De niño. Allá por 1955, cuando mi hermano Gregorio compró los primeros instrumentos, una dulzaina a Alonso, de Valer, que se iba de taxista para Madrid, y el tambor a Paulino Flechoso, de Gallegos del Río. Nadie me enseñó aprendí a puro machacar: ensayando noche y día.

-Su primera actuación fue, pues, de pura casualidad.

- Era la víspera de la fiesta de San Pedro en Samir, por 1957. Habían contratado al grupo «Los Chifleros» de Faramontanos de Tábara integrado por la familia Santiago Comisaña. No había coches, tenían que venir andando y los hijos llegaron, pero no se porque el padre, Victoriano, que traía los instrumentos en la burra se retrasó, no llegaba, y al final mis paisanos me animaron a que tocará para hacer llevadera la espera. Hasta las 12 de la noche estuve tocando y aquí estoy más de medio siglo después disfrutando con la misma ilusión.

- Formado el grupo familiar «Los Belver» sería el protagonista de muchas actuaciones y, además, supongo que viviría muchas anécdotas.

- Eran otros tiempos. Íbamos a los pueblos andando o en burra. A San Blas, en Vegalatrave, con quince años y nevando. Una vez veníamos de Castro, la burra se espantó y mi hermano cayó envuelto con los instrumentos.

- La dulzaina no daba para vivir y llegó la emigración.

- Asturias fue mi destino, desde 1968 hasta el 12 de julio de 2004 en que me jubile y regresé a Samir. Fueron 36 años trabajando en una fábrica de botellas de la multinacional francesa «Sangove» en el popular barrio «La Calzada» de Gijón.

- Usted es el creador del tema «Procesión de Samir».

- Así es. No estudie por lo cual la compuse de manera autodidacta cuando contaba 19 años, allá 1961. Luego Alberto Jambrina le puso las notas sobre el papel. La tocan muchos músicos pues a la gente le gusta mucho. Al jubilarme cumplí mi gran sueño aprender a tocar el saxo, sin clase alguna, por mi cuenta.

-Aliste vuelve la vista atrás añorando su pasado de fiestas.

- La gente de los pueblos añora y aman los bailes de antaño, antes de misa y por la tarde. La gaita y la dulzaina están volviendo a recuperar su sitio. La música y bailes de antes son cultura pura, se vuelven a valorar como se merecen y eso puede ser su salvación. Los «Hijos de Cabezo y Belver» lo intentamos día tras día.