El calor de los últimos días ha agravado el problema de vertidos del colector de Ribadelago Nuevo, situado a la cabecera del Lago de Sanabria por donde penetra el caudal del río Tera.

Los vecinos de la zona señalan que la canalización situada en la última tapa de registro está rota para que desagüe antes de llegar a la depuradora, sin ningún tipo de tratamiento.

Esta situación no es desconocida para los habitantes porque que vienen denunciando la falta de depuración, en este mismos punto, desde hace varios años.

Las aguas residuales vierten por un canalizo, que discurre entre los prados situados en el puente localizado al final del pueblo, en la carretera que conduce a Ribadelago Viejo. El caudal de agua sucia vierte al río directamente, como puede comprobarse in situ y se encargan de demostrar vecinos de la localidad. Además del problema de olores, hay que sumar la desagradable presencia de residuos sólidos de todo tipo que aparecen en el escenario, y que van desde heces hasta compresas o preservativos; un material que va directamente al Tera sin ningún control. Pero también pueden verse restos de jabón, papeles y desperdicios.

Alrededor de la zona de desagüe al cauce prolifera una especie de alga que los vecinos señalan que no crecían habitualmente en esta zona de la ribera. Los olores obligan a mantener cerradas las ventanas de las casas y a eludir el paseo vespertino por la carretera, algo habitual por otro lado. El agua sale a unos metros por debajo de la depuradora sin llegar a la estación para su purificación.

Los vecinos han comunicado en reiteradas ocasiones las deficiencias de depuración, que son más graves con la llegada del verano y la afluencia masiva de personas al pueblo y a las zonas de recreo. El primer fin de semana de julio ya se registró el aumento de vertidos y este, con una mayor afluencia, puede repetirse.