Los cánticos, el incienso y la oración de las misas mozárabes volvieron ayer a la iglesia de San Pedro de la Nave 930 años después de la abolición del rito y su sustitución por el latino.

La iglesia visigótica, enclavada en El Campillo, se quedó pequeña para albergar a los numerosas personas que se acercaron hasta la localidad para contemplar la desconocida liturgia. La eucaristía estuvo oficiada por Manuel González López- Corps, Canónigo de la Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Almudena de Madrid y encargado diocesano en Madrid de la preparación y supervisión de la celebración Eucarística del Rito Hispano - Mozárabe y por trece «ministros», según el rito mozárabe. La celebración pudo ser seguida por los asistentes a través de un guión y contó con la actuación del coro del convento de las Benedictinas de Zamora.

Antes de la misa Manuel González López- Corps explicó la importancia de la celebración del rito mozárabe en unos momentos en que «no había libertad para expresar la fe» y destacó la importancia de las figuras del silencio y el incienso, porque «es como si Dios nos hablara y es cuando estamos rezando». Asimismo, pidió «un milagro» para que «la iglesia de San Pedro no sea un museo y que se convierta en un lugar de oración».

La celebración de la eucaristía por el rito mozárabe es muy parecida a la latina. Así, se mantiene la estructura fundamental (liturgia de la palabra, plegaria eucarística y la comunión), pero las fórmulas son distintas al proceder de la literatura hispana del primer milenio y sobretodo destacan las oraciones que hay entre la liturgia de la palabra y la de la eucaristía. Así, Luis Santamaría, párroco de Muelas del Pan, explicó que «están los dípticos (oraciones de intercesión por la Iglesia, los santos y difuntos), la oración de la Paz que se pone mucho antes y el credo se retrasa, respecto a nuestra misa. En definitiva la estructura es la mismas pero una forma diferente de orar y algunos cambios de elementos».

A los fieles les llamó poderosamente la atención los desfiles por el templo, la considerable utilización del incensario con campanillas y la consagración de espaldas con la manos en alto de todos los presentes. Santamaría defendió la proliferación de cánticos en la misa mozárabe «tendría que se igual en la latina» y destaca que en ésta «hay mucha participación del pueblo por muchas fórmulas de oración».

Desde el año 2000 y en el contexto del Gran Jubileo de la Redención, la Diócesis de Zamora celebra cada año la eucaristía en rito hispano-mozárabe al menos en tres ocasiones, con motivo de las fiestas litúrgicas de San Ildefonso (23 de enero), San Pedro (29 de junio) y Santa María (18 de diciembre).

Ante la falta de este tipo de celebración, el párroco explicó que «hay que pedir permiso para celebrarla, pero además es un liturgia que nadie ha vivido, entonces puede ser para mucho algo que no entienden y es bueno, que si se usa, sea en determinadas ocasiones con una catequesis anterior para que la gente no parezca que vaya al teatro, sino que vaya a rezar y a encontrarse con el Señor». En este orden de cosas, Luis Santamaría ha ofrecido que la parroquia de San Pedro de la Nave sea «la sede todos los años en el día de San Pedro, de la celebración de la misa mozárabe». La celebración contó con la participación de un grupo madrileño de profesores y alumnos estudiosos de esta liturgia que acudieron a Zamora en peregrinación para venerar los restos de San Ildefonso.