«Alegría y que cada uno asuma las consecuencias y su responsabilidad» es la versión de un responsable del coto de caza de Fresno de la Carballeda. Este coto ha tenido un pasado marcado por la polémica, la suspensión durante varios años del aprovechamiento cinegético y el furtivismo, pero finalmente los gestores han conseguido implantar «la legalidad, la normalidad» y el sosiego. No obstante son conscientes de que cuando hay intereses, y la caza los tiene de muy diferentes rangos, «siempre hay gente que está en el quítate tú que me pongo yo». Especialmente cuando un coto ha sido reflotado y sacado de la esquilmación faunística.

En cuanto a la operación desarrollada por la presumible caza furtiva y la comercialización de la carne, sin, al parecer, los debidos controles sanitarios, señalan que «lo mejor es que no sucedieran estos hechos, pero una vez que suceden el que se equivoque que asuma las consecuencias».

Responsables del coto de Fresno de la Carballeda consideran que el furtivismo no alcanza grandes niveles en su espacio, en parte porque han resuelto por intensificar la vigilancia para evitar los atropellos de los desalmados. Hace dos años aparecieron en este acotado dos ciervos descabezados llamando la atención de todo el mundo. Los socios del coto consideran que fueron abatidos desde los límites del coto adyacente. «Vienen a la orilla, sueltan dos tiros, cortan la cabeza a la pieza y dejan el resto del cuerpo. Luego, cuando aparecen, la gente te carga el mochuelo porque están en tu terreno y consideran que los autores son del acotado» manifiestan.

Responsables de este coto carballés indican que «sienta mal que vengan los listos y maten de forma ilegal». Además, tienen todas las sospechas de quien ha sido el autor de la fechoría, «pero faltan las pruebas».

Subrayan que «en Fresno de la Carballeda «ahora mismo no hay problemas de furtivismo porque adoptamos medidas de vigilancia y se han notado». Manifiestan que «nos preocupamos de hablar con los más cercanos, en poner los puntos sobre las íes y decir que, cuando anden por la orilla, miren para su coto y no para el nuestro porque se trata de respetar cada uno lo suyo».

Fresco de la Carballeda cuenta con un acotado para la caza mayor inferior a 1.000 hectáreas, y una vez que se ha conseguido la formalización del aprovechamiento cinegético, tras tres años de suspensión (2004-2007), goza ya de las debidas autorización para abatir ciervos, corzos y jabalí; y también de lobo, aunque de momento no han sido autorizados para cazar al gran cánido.

Insisten en que Fresno de la Carballeda tuvo su polémica, «pero ya no están las cosas revueltas. Pagamos la matrícula, tenemos el plan cinegético, la renovación y cumplimos con la normativa y la legalidad. Ahora mismo es un coto tranquilo. Pretendemos que todo funcione normalmente y no tener problemas, que nadie los quiere».

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