Los tres ganaderos de Asturianos detenidos la mañana del pasado martes por la Guardia Civil fueron puestos en libertad la tarde del jueves, después de permanecer en las dependencias de la Comandancia de Zamora, donde se les tomó declaración en relación con la caza furtiva y el comercio de carne sin las debidas garantías sanitarias.

Los hermanos P. O. y F. J.O., así como el hijo de uno de ellos, J. O., están ahora a expensas de la declaración ante la titular del Juzgado de Puebla de Sanabria mientras la Guardia Civil prosigue las investigaciones para determinar el alcance de los presuntos delitos que se podían haber cometido.

Una de las líneas de trabajo que lleva a cabo la Benemérita es la magnitud de la actividad que ha tenido lugar a lo largo de los últimos años en el matadero clandestino que explotaban los ganaderos. En el mismo al parecer se sacrificaban lechazos y piezas de caza mayor, presuntamente mediante prácticas furtivas, que después pasaban a la cadena de alimentación sin control alguno. Restaurantes de Madrid serían algunos de los destinos de la carne tanto de cordero como de corzo o ciervo. Por ello, las investigaciones también tratan de determinar los establecimientos que se abastecían con la carne suministrada por los ganaderos de Asturianos.

Agentes del Seprona y equipos de Sanidad de la Junta de Castilla y León se desplazaron ayer hasta Asturianos, donde inspeccionaron el matadero y tomaron muestras de la carne en las instalaciones clandestinas. El ir y venir de las patrullas de la Guardia Civil indicaba que prosiguen con toda intensidad las pesquisas y toma de datos, mientras el pueblo de Asturianos asiste aparentemente impertérrito a tan extraordinario trajín.

Aunque con cautela, las manifestaciones de personas conocedoras del caso no dudan en afirmar que «esto se veía venir». E incluso que los sacrificios en el matadero ilegal eran «de público conocimiento», y se habrían hecho llegar denuncias verbales a instancias superiores sin que tuvieran el eco deseado. Se apunta igualmente que los hermanos, titulares de una de las explotaciones ganaderas más importantes de la provincia, no llegaron a hacer uso del matadero autorizado que durante unos años permaneció abierto en El Puente de Sanabria tras el cierre de los centros particulares que hasta ese momento operaban en la zona. «Se mataba sin control ninguno», expresan fuentes conocedoras del caso.

Circunstancia que habría activado la alarma sobre un posible riesgo sanitario como consecuencia del consumo de carne sin haber pasado previamente por los controles legales. Y los sacrificios clandestinos de animales levantaron también recelos entre los carniceros por lo que consideraban una competencia desleal.

La creciente notoriedad de estas prácticas, unidas a la localización de cebos y trampas en la zona presuntamente para la caza furtiva de piezas de caza mayor, no hizo sino acrecentar el malestar y la desconfianza a la vez que se estrechaba el cerco. Todo se desmoronó cuando la Guardia Civil inició una investigación con todas las reservas, en la que han intervenido unidades centrales procedentes de Madrid. Tal ha sido la cautela que, según fuentes bien informadas, guardias de la Comandancia de Zamora que intervinieron en la operación el pasado martes, día 27 de abril, «no sabían a donde se dirigían», hasta que llegaron a Asturianos.

La posterior toma de declaración de tres guardias civiles del Cuartel de Puebla a cargo de sus propios compañeros del Cuerpo confirmaría las sospechas de una presunta dejación de funciones en la persecución del delito.