En procesión, desde la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista hasta la ermita, los fieles han acudido en gran número precedidos por el pendón que portaban los mayordomos, Javier Álvarez y Raúl Toribio. Después de la bendición de los campos, que tuvo lugar en el paraje denominado la Cruz de Valdeandrés, se reanudó la procesión acompañada por la música de un grupo de tamborileros de Fermoselle. La misa fue oficiada por el párroco, Javier Fresno, y a la salida, el alcalde y concejales del Ayuntamiento repartieron el vino como es tradición.

El buen tiempo posibilitó que un buen número de romeros eligieran el campo entre matorrales y encinas para degustar los ricos asados y hornazos. Una vez reposada la comida se disputó un partido de fútbol entre solteros y casados, mientras que otros grupos de amigos practicaban juegos tradicionales o simplemente se divertían con chistes y anécdotas de la vida diaria. Llegaron las siete de la tarde y era el momento del Rosario y del regreso, también en procesión, con la Virgen y el pendón hacia Almeida. La noche fue amenizada por el grupo musical Encanto en el salón cultural.