Hacía cincuenta años que Villarrín no vivía un acto de devoción popular como el de ayer. Fue el 25 de septiembre de 1960 cuando 28 pueblos de las comarcas de Campos, Pan y Benavente-Los Valles rememoraban el milagro de la transfiguración de la imagen del Santísimo Cristo de los Afligidos, ocurrido en el año 1460. Cuentan que hace ahora 550 años las súplicas de una piadosa mujer, Leocadia, impidieron la desaparición de la imagen del Cristo, por imperfecta y vieja, para transformarse, al romper el alba, en una bella factura que anunciaron las campanas de la Iglesia, alborotando a un vecindario que acudió presto al templo para comprobar la transformación.

Aquel hecho marcó de por vida la devoción de Villarrín y su contorno al Cristo de los Afligidos. Y cada medio siglo se conmemora una transformación que ayer revivieron alrededor de un millar de personas, concentrados en Villarrín de Campos. Aunque sin la presencia física de la imagen, que permanecía en la Iglesia parroquial cumpliendo un precepto, según el cual sólo se saca en muy contadas ocasiones para una rogativa excepcional, como puede ser la petición de agua para los campos, el Cristo de los Afligidos permanecía en el sentir de todos los asistentes a la misa celebrada en la Plaza Mayor.

El acto comenzaba con la bienvenida de Villarrín a cada uno de los 28 pueblos invitados, que distinguían su presencia con pendones, estandartes e imágenes trasladadas hasta el municipio terracampino. Un maestro de ceremonias presentaba uno a uno e iban tomando asiento en el improvisado templo al aire libre que se habilitó en la Plaza para dar cabida al millar de personas esperado. Un desfile de color recorría así el centro de Villarrín, con numerosas mujeres ataviadas con trajes típicos que ponían el acento más singular a un multitudinario acto de devoción.

No menos colorista se presentaba el altar, con más de una veintena de sacerdotes de las parroquias de la llamada «provincia del Cristo», concelebrando la eucaristía que presidió el vicario de la Diócesis, Juan Luis Martín Barrios.

No faltaron tampoco autoridades, como el presidente de la Diputación, Fernando Martínez Maíllo; o la subdelegada del Gobierno, Pilar de la Higuera, además de representantes municipales de los 28 pueblos invitados.

Un refulgente día, demasiado calor en ocasiones, contribuyó a ensalzar el 550 aniversario de la transformación del Cristo, un acto esmeradamente preparado por el pueblo de Villarrín de Campos. La misa ponía el colofón a una celebración que permanecerá inmortalizada en un libro del que son autores Francisco Trancón y Fernando Miñambres.

Mucho se ha escrito del Cristo de los Afligidos y no pocos momentos de veneración perduran en la memoria de las personas que a él se encomiendan. Todo ello se pretende ahora compilar en el libro de testimonios escritos y orales. Entre ellos no faltarán las actas del año 1960 que obran en el Ayuntamiento de Villarrín de Campos, cuando la Corporación Municipal acordó celebrar el milagro de la Transformación invitando a los pueblos de Pajares de la Lampreana, Bretó, Santovenia, Manganeses de la Lampreana, Villalba de la Lampreana, Castronuevo de los Arcos, Villafáfila, Otero de Sariegos, Revellinos, Cerecinos, Granja de Moreruela, Riego del Camino, San Cebrián de Castro, Cañizo, Barcial del Barco, San Agustín del Pozo, Vidayanes, San Esteban del Molar, Tapioles, San Martín de Valderaduey, Villárdiga, Piedrahita de Castro, Cerecinos del Carrizal, Arquillinos, Villaveza del Agua, Fontanillas de Castro, Castropepe y Castrogonzalo.

Todos ellos renovaron ayer aquel histórico momento y a la vez la devoción a un Cristo al que se atribuyen milagros y dones que hombres y mujeres del entorno terracampino quieren perpetuar en la memoria.