El nuevo intento del servicio de recogida de cadáveres por recoger los animales muertos de la explotación del ganadero de Peque, Rafael Lobato, quedó ayer frustrado al no conseguir el camión acercarse hasta el punto donde están depositados los restos. El vehículo logró adentrarse unos trescientos metros, pero debió dar la vuelta en el punto donde recientemente quedó atollado el camión de abastecimiento del pienso. De este modo, son más de una docena las ovejas que han sido retiradas hasta el punto de recogida, pero que no han podido retirarse desde mediados del mes de diciembre, dando buen juego a diversos tipos de aves que buscan el aprovechamiento de los mismos.

De esta situación tienen conocimiento desde hace tiempo las diferentes instancias de la Administración, hasta el punto de que sobran los escritos de unos y otros a tal fin, en casos haciendo responsable al ganadero y en otros al Ayuntamiento de Peque.

El caso, como ya ocurrió anteriormente, también está puesto en manos de Sanidad, que es consciente de los riesgos que puede tener el cementerio de cadáveres para la población. Este cementerio de cadáveres contraviene de lleno , además, la Ley de Sanidad Animal y la normativa medioambiental.