La empresa Pizarras Riofrío ha interrumpido la extracción, elaboración y comercialización de rocas ornamentales en su cantera y planta de transformación ubicadas en la localidad de Riofrío de Aliste. La crisis en España y el desplome del sector de la construcción han arrastrado definitivamente en su caída a la mayor y más importante iniciativa empresarial de toda en la historia en la comarca. En sus momentos álgidos se superaron los 200 contratados, siendo el principal, sustento principal de otras tantas familias, la mayoría alistanas.

El más absoluto de los silencios se ha adueñado de las hasta ahora ruidosa y activas instalaciones situadas en la ribera del río Frío. Ni explosiones de dinamita, ni ruido de camiones, maquinas o sierras. De los alrededor de 60 empleados ni rastro. Sólo un vigilante, nombrado por los administradores judiciales, se mantiene velando porque nada entre ni salga sin la pertinente autorización de los Juzgados de León.

Los administradores judiciales han mandado a sus casas a todos los empleados con «permisos retribuidos», lo cual les garantizará el cobro a través del Fogasa (Fondo de Garantía Salarial). En principio se habló de unos 15 días para una situación que como máximo podría extenderse a 150 jornadas. Hay quien baraja que se ya pidió el «cese de actividad» pero no se concedió. Es el paso previo al ERE (Expediente de Regulación de Empleo) que han de aprobar los Juzgados de León. Los propios empleados aseguran que supondrá «la liquidación y el cierre de la empresa» matizando que «no hay vuelta atrás, esto se acabó, no volveremos a trabajar». La realidad es que no se podía seguir trabajando pues se carecía de gasoil.

Fue Aliste tierra de pizarras de alta calidad saliendo de sus canteras, cuando la extracción se hacía por fuerza bruta, con pico, palanca y pala, las mejores lonjas y refaldos para viviendas, escuelas, iglesias y estaciones del ferrocarril. No sería hasta 1969 en que se abriera la primera explotación industrial por la empresa «Prasa» (Pizarras de Riofrío de Aliste Sociedad Anónima). Trece años duró la primera aventura, hasta 1982, en que cerraba sus tras su efímero traslado a Fradellos, donde se abrió una cantera junto al río Cebal, y a Bercianos, donde se instaló la planta transformadora, junto al río Aliste, que tras el cierre y el embargo judicial fue adquirida por un vecino, dedicándose desde entonces a la cría de porcino.

Tras un período donde varios jóvenes de Riofrío explotaron la pizarra a pequeña escala, en 1993, llegaba Plácido Carrera, creando Pizarras Riofrío. Dieciocho años en los que cientos de familias se han llevado un sueldo gracias a las pizarreras. Luego la crisis. «Pizarras Riofrío» recurría a solicitar el concurso de acreedores el 9 de septiembre de 2008 en León. Se trata de uno de los grupos empresariales del sector pizarreros más importantes de España, integrando a tres sociedades diferentes «Pizarras Riofrío» en Riofrío de Aliste (Zamora) y «Rocaber» en Anllares (Ayuntamiento de Páramo del Sil) y «Pizarras los Templarios» de Sotillo de la Cabrera (Benuza), ambas en León. En esos momentos mantenía alrededor de 300 trabajadores en las labores de extracción, procesado y elaboración, de los cuales dos tercios pertenecían a la planta alistana. Su importancia la delata el que anualmente producían alrededor de 42.500 toneladas, de las cuales el 95% se exportaba fuera de España.

En el Ayuntamiento de Riofrío se da por hecha la liquidación de Pizarras Riofrío por lo cual la Alcaldía adelanta que mañana se transmitirá al Juzgado la decisión de rescisión del contrato de arrendamiento o cesión de terrenos. El último, rubricado la pasada legislatura, fue por 30 años, debiendo pagar la empresa al pueblo 27.60 euros anuales (repartidos en 12 mensualidades de 2.300). El grupo tiene acumulada una deuda con los acreedores de alrededor de 47 millones de euros, la mayoría generada en Aliste. Pizarras Riofrío presentó el pasado mes de febrero un Plan de Viabilidad dispuesta a mantener abiertas las instalaciones en Aliste, mediante el reflote en cinco años. Sin embargo, la cita judicial del 12 de febrero fue declarada desierta en los Juzgados de León ya que la ausencia de acreedores impidió alcanzar el quórum necesario.