Una vecina de Morales del Vino ha interpuesto una demanda en el Juzgado de lo Social de Zamora contra la Seguridad Social porque, según describe la afectada, le obligan a coger el alta después de tener reconocida la incapacidad permanente y a pesar de que, como asegura, sufre fuertes dolores que la obligan a utilizar parches de morfina, y un sinfín de analgésicos y relajantes musculares desde hace dos años.

Silvia Lacal Peña tiene una fe laboral de 21 años que da cuenta de diferentes trabajos desempeñados hasta 2008, cuando era propietaria de una frutería en el pueblo y le sobreviene la enfermedad. Una enfermedad «común» que le merma la fuerza en los brazos, las piernas y le provoca intensos dolores en la espalda. Empieza su periplo por los médicos. Tras una resonancia le diagnostican una hernia cervical intrarraquídea en las vértebras C-5 y C-6. A través de la Seguridad Social, el traumatólogo que le vio en Zamora le indica que tan sólo la pueden operar en León o en Salamanca.

«En septiembre me recibe un neurocirujano de León y me dice que es un bloqueo cervical que no necesita operación. Me mandan a rehabilitación y a hacerme una nueva resonancia ante los dolores, que van a más y que me obligan a tomar tres nolotiles al día, un parche de morfina cada tres días, además de los relajantes musculares».

Ante esta situación, y tras la insistencia de la paciente, en febrero de 2009 le recibe otro neurocirujano en León quien, en cuanto ve la resonancia, prescribe operar de urgencia la hernia. «En la operación trabajan con la parte de atrás y me colocan una prótesis además de bloquearme el cuello con un collarín». Al principio la sensación de dolor, «sobre todo en el brazo izquierdo», disminuye un poco, pero retorna con intensidad, al igual que lo hace en la espalda, «lo que me obliga a seguir con la misma medicación».

Seis meses después, una nueva neurocirujano «detecta que sigo con la contractura después de la operación y tras una resonancia, la tercera, con contraste, indica que la prótesis está bien colocada, por lo que recomiendan de nuevo la rehabilitación por ultrasonido y distintos ejercicios a realizar con el cuello». Para Silvia no es fácil mover el cuello, «porque me cruje todo el sistema nervioso, tengo que girar el cuerpo a la vez».

La rehabilitación no tiene los efectos deseados, los dolores continúan «e incluso se incrementan. Esto es un calvario, el día a día se hace insoportable con un hijo de tres años al que no puedo ni vestir y es mi marido el que se tiene que hacer cargo de todo». Así las cosas Silvia Lacal, de 40 años, recibe el 14 de octubre de 2009 el reconocimiento de la incapacidad permanente, teniendo en cuenta su último trabajo como autónoma a cargo de una frutería.

La sorpresa fue que al cabo de cinco días le comunican que se lo han pensado mejor y que paralizan la calificación, alegando que está pendiente de un nuevo examen médico para adjuntar en su expediente clínico. A principios de año, el 5 de enero, recibe el alta de la Seguridad Social como auxiliar administrativo. La decisión ha dejado perpleja a la paciente, que ya ha recurrido. «Llevo 21 años cotizando desempeñando distintos trabajos, bien como telefonista, auxiliar administrativo o montadora de piezas. Cuando me sobreviene la enfermedad yo estoy de autónoma como frutera y ahora se han acogido al trabajo que yo tenía anterior a la frutería para darme de alta y poder trabajar».

Según la afectada, para esto se han basado exclusivamente en un informe de la fisioterapeuta según el cual «la paciente refiere dolor sin que se objetive contractura u otra causa que lo justifique». Mientras tanto, Silvia sigue invalidada en su casa por los dolores de espalda. «Mi médico de cabecera, que conoce bien el caso, es el único que mantiene el diagnóstico. Y especifica la fuerte medicación que tengo que tomar y la incapacidad para cargar incluso con pesos leves. Lo que yo quiero es ir a inspección médica y que me valoren, porque nadie lo ha hecho. No consigo ponerme quince minutos recta frente al ordenador. Yo no he querido tener esta enfermedad».

Anteriormente a la demanda interpuesta en el Juzgado, Silvia Lacal ya presentó un recurso a la Seguridad Social, que le ha sido rechazado.