La raza autóctona de vacuno de pura sangre «Alistana-Sanabresa» se afianza como la especie más valorada en el País Vasco para la práctica de las competiciones de arrastre de piedras. Ganaderos de la zona de Ermua en Guipúzcoa, se han acercado a Carbajales de Alba donde han adquirido un total de 16 bueyes en la explotación del joven ganadero Roberto Fuentes Gervás. Poblaciones como Usurbi, Campa de Erandio y Zumárraga son el más claro ejemplo donde los bueyes nacidos y criados en tierras de Aliste, Tábara y Alba son los preferidos para el arrastre en las fiestas populares de Vizcaya y Guipúzcoa donde sus victorias están al orden del día.

Las reses ahora adquiridas, nacidas en el año 2007, habían sido capadas por el propio ganadero en 2008 y con cuatro años de edad, están a sólo dos, de poder comenzar a participar el las tradicionales competiciones vascas. Ese período de 24 meses será el que emplearán sus nuevos propietarios en prepararles y entrenarles para competir una media de ocho años, entre los seis (donde el buey suele alcanzar los 700 kilos) y los quince donde la mayoría superan los 1.000 kilos. En la década de los noventa se sacrifico un semental en Domez de Alba que en el ocaso de su vida había alcanzado los 1.263 kilos.

La ganadería de Roberto Fuentes Gervás, en el entorno del monte de la «Sierra de Cantadores», es una de las más grandes y prestigiosas de la especie y esta compuesta por alrededor de 310 cabezas, de las cuales 180 son vacas nodrizas y 3 sementales de pura sangre. Aparte de lo bueyes, en el último año vendió a ganaderos de la provincia 56 novillas y madres desde el año y medio a los ocho años, destinadas a abrir nuevas explotaciones. Los terneros los comercializa dentro del marchamo de «Ternera Autóctona» de la Marca de Garantía «Ternera de Aliste».

Las transacciones comerciales en la adquisición de bueyes, al ser un mercado muy exclusivo, no ofrece problemas, ni da lugar al regateo. Los vascos quieren lo mejor el ganadero lo tiene. Este pone el precio que cree justo y ellos lo pagan, ayudando a ello la confianza y el buen resultado que siempre dieron los «Alistanos».

Históricamente, la orografía del País Vasco llevó a la utilización de los bueyes como animales de tiro en las labores campesinas por su fuerza y por tener una mejor adaptación incluso que las mulas y los caballos. Se cree que el inicio de arrastre de piedras podría estar en las canteras cuanto la fuerza animal era la única forma de evacuar las piedras allí sacadas y labradas sobre el terreno.

La prueba de arrastre consiste en que una yunta, formada por dos bueyes unidos a un yugo, recorran un mayor trayecto en un tiempo prefijado. Las piedras de mayor peso son las de Guernika con 4.500 kilos y la de Munguía, con 4.700, existiendo una en el probadero de Berriatua que alcanza los 5.250, aunque no se utiliza desde 1950. De menor tamaño las suele haber hasta los 1.500. Para el entrenamiento se suele obligar a andar por el monte al buey una media de no menos de cinco kilómetros al día para mantenerse en forma y un peso ideal entre los 500 y 700 kilos. En la competición la yunta, dos bueyes, debe tener como máximo entorno a 1.100 kilos, si los sobrepasan, por cada kilo de más se añade una sobre carga de kilo y medio a la piedra que han de arrastrar.