Francisco Calvo Lorenzo fue uno de los vecinos que en su día se quejó a la Junta por la pequeñez del puente. No le hicieron caso. Ayer volvió a recordárselo.

-¿Es habitual que el arroyo La Veiga crezca tanto?

-El Regato de La Veiga si se viene en verano parece otra cosa, pues no trae ni una gota de agua. El problema es en otoño e invierno pues recoge las aguas en un radio de siete kilómetros. Cuando crece siempre ha pasado por encima, antes del camino y luego de la carretera. Por eso queríamos soluciones al remodelarse y ampliarse la vía de Ricobayo a Villalcampo y Sayago.

-Hay tres puentes diferentes en apenas treinta metros.

-Así es. El primero tiene diez vanos con trece metros cuadrados de luz. El que se derribó para mejorar ahora la carretera tenía cuatro vanos y nueve metros de luz. Por ello desde un primer momento nos sorprendió mucho que el puente nuevo tuviera soló tres metros de ancho por 1,92 de alto. Menos que los otros. Nos quejamos, si, pero no nos hicieron ni caso. Yo personalmente vine a la Junta a Zamora y se lo dije, que iban a cometer un error, que lo hicieran más grande o habría problemas y me dijeron que nada, que sabían lo que hacían, que para algo ellos eran los ingenieros.

-¿Cual sería la solución más factible desde el punto de vista de los usuarios?

-Está muy claro, que se construya un puente más ancho, el doble o el triple del que han hecho nuevo, para que cada vez que venga un temporal de lluvias nos pase lo mismo. Si la Junta quiere construir buenas carreteras está bien que tengan buen firme y menos curvas, pero también que no se inunden.