La Reserva Regional de Caza de La Sierra de La Culebra sigue proporcionando a los cazadores, en ciervo, trofeos cinegéticos merecedores de la medalla de oro (más de 181 puntos). En la última homologación nacional, correspondiente a la temporada del año 2008, destacó el ejemplar abatido por M. Zala, que sumó un total de 203,96 puntos.

La admirable puntuación cosechada en el espacio zamorano es ya una constante en venado, de la que se ven beneficiados incluso los cotos del área de influencia, que también han visto revalorizarse su prestigio con ejemplares que se supone nacidos o salidos de La Culebra.

La pieza zamorana, no obstante, no fue el récord nacional, que en la pasada temporada lo consiguió el cazador V. Colino, en la finca Peñas Amarillas (Ciudad Real), al abatir un animal puntuado con 222,3 puntos. Tampoco fue la segunda mejor marca, lograda por M. Blesa, en Carboneras (Córdoba), con un venado que alcanzó los 217,16, según datos facilitados por la Junta Nacional de Homologación, presidida por Alonso Álvarez de Toledo, marqués de Villanueva de Valdueza.

El alto nivel trofeístico obtenido en La Culebra ha sido reconocido recientemente por la Junta de Homologación que galardonó la gestión cinegética. El marqués de Valdueza señaló ayer que «se ha concedido el premio por la gran labor y gestión sostenible que durante años viene haciendo a favor de la especie del ciervo». Recalcó que «es un ejemplo de buena gestión en terrenos grandes, lo cual tiene su mérito». Añadió que también «se ha tenido en cuenta la gestión que se está haciendo con el lobo».

Es remarcable el rango obtenido en la Sierra de la Culebra porque los ciervos de estas serranías compiten con ejemplares donde la libertad y el carisma salvaje está más que restringido al imperar una gestión de cercado y cebadero, e incluso de hibridación con el ciervo europeo para así conseguir una mayor magnitud.

En estos momentos se lleva adelante un estudio sobre la genética del ciervo europeo con la finalidad de preservar la especie nacional. Respecto a este análisis de genética el Marqués de Valdueza subrayó que «está dando buenos resultados porque los gestores, que inconscientemente estaban importando de otros países de Europa, se están dando cuenta de que no se debe estropear la especie ibérica».

El excelente estatus medallable de los ungulados de La Culebra es reconocido en todos los foros porque son criaturas que habitan en una envidiada libertad, pero sobre todo porque ganan las primaveras en un ruedo donde la supervivencia resulta difícil debido a que conviven con una importante población de depredadores tan sagaces como el lobo.

La presencia del cánido es considerada desde hace décadas por los gestores de La Culebra como uno de los factores que inciden en la pervivencia de sobresalientes ejemplares, que acaparan el interés de los perseguidores de trofeos cinegéticos y, en consecuencia, revientan los precios en las subastas.

Con ser el lobo una especie renombrada de La Culebra, sucede que el espacio cinegético de La Culebra, con la población de lobos más densa y numerosa del país, no aportó el pasado año el mejor trofeo en la especie. El récord nacional fue logrado por E. Aguirre en la reserva nacional de Riaño, igualmente gestionada por la Junta de Castilla y León, que consiguió una pieza que deparó una valoración de 40 puntos, galardonado con medalla de plata.

Tampoco el corzo es otra especie destacable en La Culebra a la hora de ofrece trofeos homologables. El mejor de la comunidad lo deparó el pasado año el término de Palacios de la Sierra, con una puntuación de 179,57 puntos.

La Reserva de la Culebra, ahora regional, tiene una extensión de 65.891 hectáreas, que se extienden por los términos, de Manzanal de Arriba, Codesal, Boya, Figueruela de Arriba, Figueruela de Abajo, Cional, Mahíde, Villardeciervos, Ferreras de Arriba, Ferreras de Abajo, Otero de Bodas, Tábara, Riofrío de Aliste, Ferreruela, Puebla de Sanabria, Pedralba de la Pradería

En el momento de su creación, en el año 1973, el escenario cinegético no contaba con la especie que hoy día tiene un marcado relieve: el ciervo, aunque se apuntaba su posible introducción. Ni siquiera entraba dentro de las especies cinegéticas a tener en cuenta el lobo, la otra gran pasión de las subastas organizadas para la adjudicación de piezas al rececho.

El ciervo fue reintroducido con ejemplares procedentes de las fincas de Quinto de la Mora y de Cabañeros.

Fracasó la introducción del gamo en la Reserva de La Culebra, en parte por inadaptación y en parte trasquilados por los lobos.

Los trofeos de ciervos son valorados, entre otros aspectos, atendiendo a la longitud de las cuernas, de las luchaderas, de las puntas centrales, al perímetro de las rosetas, al peso del trofeo, al número de puntas, a la belleza de la cuerna y a la envergadura del trofeo.