Aunque la localidad de Valdefinjas está incluida en la Denominación de Origen Toro, no sólo de vino viven sus vecinos. El año pasado, llamó la atención la iniciativa de un joven de la localidad de tan sólo 21 años, que se lanzaba a la creación de una quesería artesanal con el objetivo de labrarse un futuro en el desangelado mundo rural zamorano. Un año después, el humor de Julio Martín no ha cambiado, señal de que todo va por buen camino.

«El año pasado por estas fechas, transformábamos tres o cuatro mil litros de leche. Ahora, ya vamos por los cinco y seis mil litros», comenta Martín, quien reconoce que toda la producción de «El Zagal de Valdefinjas» se «va vendiendo, porque está teniendo muy buena aceptación en el mercado».

En el terreno de lo aprendido, quizá destaque el ámbito de la comercialización. «Es un mundo totalmente distinto al de la calle. Hay que tener mucha picaresca y vas aprendiendo. De primeras, te pillan novato. Vas al negocio de otra persona y te intentan regatear, engañar...», narra el joven quesero.

Ahora mismo, los quesos de Valdefinjas encuentran compradores en Toro y en el resto de la provincia. Algunos consumidores de Asturias, Barcelona y Madrid también han sabido comprender el valor añadido de una producción artesana. «Es un producto artesano y, más que la cantidad, buscamos la calidad. El ganadero nos sirve leche de muy buena calidad», argumenta Julio Martín.

Entiende que su iniciativa haya llamado la atención, porque contradice el camino de la mayoría de su generación. Renunciar a la capital y meterse de lleno en un negocio instalado en un pueblo como Valdefinjas conlleva valentía, a la altura de la gran inversión económica necesaria. Julio Martín cuenta cómo se decidió por esta iniciativa. «Mi padre siempre ha estado ligado a este mundillo del queso. Viendo que a lo mejor no iba a estudiar yo mucho, me especialicé en esto, hice un módulo de Productos Lácteos. Hicimos la fábrica y empecé aquí a trabajar», recuerda.

Su queso, «El Zagal de Valdefinjas» forma parte de un sector, el artesanal, que en Zamora brilla con luz propia. Por eso, Julio Martín no duda en integrarse próximamente en la Asociación de Artesanos de Castilla y León, que ahora cuenta con apoyos como el de la Junta de Castilla y León en la promoción, a través de iniciativas como la marca de calidad «Tierra de Sabor».

Y él, que está metido de lleno en la tarea emprendedora, lanza algunos consejos. «Si te metes en algo así, tienes que hacerlo con humildad», al tiempo que asegura que «los estudios te pueden llevar a un mejor trabajo, aunque ahora mismo, creo que es complicado situarte en alguna empresa» y concluye que «hemos apostado por esto, y estoy muy contento con mi negocio».