El Servicio de Medio Ambiente ha reducido este año en un importante porcentaje –lo cifran en cincuenta por ciento- la superficie sembrada para la fauna en la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra.

Este descenso es interpretado como desafortunado por los habitantes del espacio protegido que todavía siguen fieles al cultivo de parcelas, para sí o para sus animales, porque temen que sean sus cosechas la gran pasión de los animales silvestres. Incluso en la Guardería Forestal reducir la siembra de cereal o forrajes para la fauna es considerado como una decisión desacertada «porque es un trabajo que evita indemnizaciones por daños y, además, tiene repercusión en una adecuada gestión de la reserva, aparte del favorecer el control de la población de especies».

El representante del sindicato agrario de la Unión de Campesinos-Coag Zamora, José Manuel Soto, cifra en algo más de cincuenta las hectáreas sembradas en La Culebra, y afirma que este año quedarán rebajadas a unas veinticinco. Esta situación, afirma, «preocupa a la población, que se ve obligada a ir tirando la toalla y de dejar de sembrar». Añade que «cada vez son menos los pueblos que mantienen la agricultura y, tal como van las cosas, quedará algo de Ferreras de Abajo hacia Tábara, y hacia la zona de Sarracín y Aliste porque es insoportable e imposible sembrar cuando andan los animales hasta por los pueblos».

Fuentes de la propia Guardería Forestal señalan que «las siembras para la fauna también tiene una repercusión social porque si hay campeo fuera de las poblaciones se reduce el daño a los particulares y la gente está contenta», e insisten en resaltar que «estas siembras favorecen la gestión de censo e incluso de control faunística». Apunta, además, que «el año que se presenta demasiado seco y las personas pueden echarse encima».

Igualmente hacen alusión a los escenarios de siembra, que consideran tienen que tener una mejor distribución para que favorezcan a todas las familias o comunidades de animales y, especialmente, aquellas que puedan afectar en mayor medida a las zonas de siembra de los vecinos. También hacen referencia a que «quizá queda recorrido para una mayor presión sobre la fauna y adecuar la población al potencial que ofrece la Reserva».

Petición de que se cumplan los cupos de caza y del descaste de hembras

Precisamente el control de la fauna es otra de las batallas que mantiene Coag desde hace tiempo con los responsables de Medio Ambiente. Soto reitera que «hay que hacer descaste de hembras porque no llegamos al mínimo». Señala que la Administración «tiene animales bajo su competencia pero no tiene responsabilidad ninguna: queda libre en los accidentes, tiene derecho a cobrar las licencias, derecho a decir lo que se caza y no se caza, y cuándo se caza». En el próximo Consejo Territorial de Caza, previsto para el lunes, pone de manifiesto que «vamos a pedir que se cumplan los cupos de caza». Sobre este aspecto señala que «la Junta autoriza cupos de machos y hembras pero como las hembras no tienen un valor cinegético, porque no tienen trofeo, muchos cotos no abaten estas hembras y por lo tanto el problema de los daños a los cultivos se multiplica. Exigiremos, pues, que se cumpla este cupo y que demuestren las capturas».

Hace hincapié «en que los ciudadanos no pueden poner por delante el dinero de la reparación de los vehículos, cuando sufren un accidente, y luego esperar a lo que dice el juez». Al respecto, hace mención a un reciente accidente ocurrido en Cional, cuya reparación ha costado 6.000 euros. Al ser en La Culebra considera que la Junta de Castilla y León «debería tener un seguro de responsabilidad de accidentes».