Nuez.- El arciprestazgo de Aliste perderá, por traslado, en los próximos días a uno de los sacerdotes más emblemáticos y queridos: Leovigildo Liedo Salvador. Su marcha, por conocida, no deja de ser dolorosa para sus feligreses y amigos que se cuentan por cientos, a muchos de los cuales no ha gustado nada la decisión tomada por el Obispado de Zamora y así lo han hecho saber.

Don Leovigildo, "Gildo" para los alistanos con los que ha convivido durante los últimos años, ha sabido cautivarse el cariño, el aprecio y el respeto de quienes han llegado a conocerle gracia a su sencillez, pues es una persona abierta y amable, siempre con la mano tendida.

A lo largo de los últimos años ha sido el encargado de hasta siete parroquias, varias de ellas fronterizas con Portugal: Nuez, donde reside, Latedo, Moldones, San Martín del Pedroso, San Blas, Vega de Nuez y Viñas.

El día 3 de julio de este año el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, realizaba 18 nombramientos parroquiales entre los que se encontraba el de Leovigildo Liedo Salvador como nuevo párroco de Castronuevo y encargado de Belver de los Montes, Bustillo del Oro y Pobladura de Valderaduey en el Arciprestazgo de Tierra del Pan.

El cambio se ha pospuesto a causa de que el elegido para sustituirle en la Unida de Acción Pastoral de Nuez es Ortega Vicente Rodríguez, un joven religioso natural de Riego del Caminos que, con 26 años de Edad, era ordenado sacerdote el pasado domingo pasando de diácono a presbítero, tras recibir formación en San Torcuato.

Folclorista y romero de Fátima

Gildo forma parte de una vieja hornada de curas, tan polifacéticos, en positivo, como especieles, únicos, que llegaron al arciprestazgo de Aliste en la última estación del siglo XX y que han ido dejando sus parroquias para pesar de sus feligreses. Primero fue Luis Miguel Rodríguez Herrero, presidente de Aulas de Música de Aliste y Tras Os Montes, arcipreste y secretario del grupo de acción local Adata, entre otros cargos además de párroco, primero en Figueruela y luego en Alcañices. Simultáneamente Fernando Felipe Rosón Giménez, el cura fotógrafo, dejaba Valer de Aliste para irse a Guarrate. Dos hombres que con su marcha causaron lágrimas en los feligreses que nunca les olvidan. No hay dos sin tres y ahora el llorado será Gildo. Buen cura y buena gente que además ha sacado tiempo para convertirse cada sábado por la tarde en profesor de bandurria en Aulas de Música, una asignatura que le va a echar en falta, tanto que ha te nido que suprimirse. Cada año el ha sido, coincidiendo con la primera quincena de agosto, en alma máter del Encuentro de Religiosos y Religiosas "Alistanos por El Mundo" que celebraba su última edición en Ufones a donde acudió ya con el "billete" en el bolso y la maleta preparada. También fue el párroco en los pueblos del "Jardín de Aliste" y en las estampas queda su imagen presidiendo la procesión desde Villarino al río Manzanas. Quizás una de las mayores satisfacciones fue el arreglo a lo largo del pasado año de la iglesia parroquial de Nuez, una de las joyas de la arquitectura religiosa de la provincia de Zamora y en la que, sin lugar a dudas a él hay que agradecer.