Bermillo.- La plaza portátil de Bermillo acogió ayer un festejo de rejones en el que se lidiaron cuatro novillos de la ganadería de Santa María de los Caballeros, de Fuentelapeña, con más de tres cuatras partes de entrada.

En el primero de la tarde Rubén Sánchez empleó dos rejones de muerte, el primero bueno y algo más flojo el segundo, debido a los mucho capotazos de los subalternos. El rejoneador cuajó cuatro pares de banderillas, de los cuales tres fueron certeros. Pinchó cinco veces y recibió un aviso y en sexto clavó el rejón de muerte demasiado trasero.

El relevo lo tomó con el segundo novillo el portugués Manuel Caetano. En su faena empleó dos rejones de castigo bien situados y puso tres banderillas muy buenas. A continuación salieron los forcados de Ribatejo de Portugal que en la primera pega estuvieron flojos para mejorar en la segunda, aunque uno de los cabos resultó herido en una mano y requirió ser atendido por los servicios médicos.

El luso prosiguió y puso un par de banderillas al violín y una banderilla corta muy trasera. Fue certero en el rejón de muerte y cayó el toro por lo que recibió dos orejas.

El cuarto de la tarde correspondió a Rubén Sánchez que optó por dos rejones de castigo y tres banderillas.

En su segunda intervención los forcados brindaron una buena pega, aunque de nuevo un cabo sufrió un percance, puesto que quedó sin sentido y requirió asistencia sanitarias. Además, el segundo cabo también quedó magullado.

Sánchez volvió al ruedo y puso tres rosas y clavó el rejón de muerte en el tercer pinchazo, por lo que recibió ovación y vuelta al ruedo.

El rejoneador portugués se las vio con el cuatro animal, al que situó cuatro rejones de castigo, tres malos y un último en su sitio. Caetano puso cuatro pares de banderillas siendo una de ellas al violín, y luego el toro le enganchó la taleguilla y se la rompió. Sin embargo, el rejoneador le colocó dos rojas y el rejón de muerte caído, recibiendo dos orejas.

En cuanto a los bravos del hierro de Santa María de los Caballeros, asentada en Fuentelapeña, los utreros fueron aceptables salvo uno que resultó muy flojo debido a excesivos capotazos de los subalternos.

La nota de color de la tarde correspondió al arrastre, ya que la persona que llevaba las mulillas caminaba tan rápido que los jóvenes que integran las peñas lo ovacionaron. Además, al evento taurino, a los políticos de la zona se sumaron el delegado territorial de la Junta, Alberto Castro, y el presidente de la Diputación, Fernando Martínez Maíllo.

Los astados de nuevo protagonizarán la tarde de hoy con el encierro de campo que comenzará a las 17.30 horas y que hará las delicias de los muchos aficionados a la tauromaquia de la comarca.