Redacción.- El agricultor Faustino Pérez Carchea, de Fuentelapeña, consiguió llevar para casa una calabaza fuera de lo común: cuarenta kilos y 1,15 metros. Un ejemplar que, cuando vio que prosperaba por encima de toda las demás, fue cuidando como todo el esmero a lo largo del verano. «Fui quitando todas las pequeñas que salían para que creciera» señala.

Expresa que está «fuera de lo común», y prueba de ello es que asombra a todos los vecinos que se acercan a ver con sus propios ojos el extraordinario producto. Según detalla, «la trajimos entre dos para casa. ¿Pero qué lleváis? preguntó una vecina. Una viga de Castilla, fue la respuesta del compañero».

Es una pieza comestible, «muy riquísima». Pero nadie está por la labor de meterla mano porque prefieren disfrutar de su estampa. Entre quienes están encantadas con la gigantesca calabaza está Alba Ruíz, que se ha inmortalizado con ella en varias fotografías. «Es una pieza fuera de serie. La gente se queda helada al verla» dice Pérez Carchea.