Científicos de la universidad de Cambridge (Reino Unido) han descubierto que las inundaciones causadas por los tifones arrastran una gran cantidad de carbono orgánico "joven", el que ha pasado recientemente de la atmósfera a la superficie terrestre, hasta las profundidades marinas.

El equipo investigador, liderado por Robert Hilton, llegó a estas conclusiones tras analizar la erosión fluvial y composición de los sedimentos del río taiwanés Liwu durante periodos de inundaciones producto de ciclones tropicales.

En este proceso descubrieron que del 80 al 90 por ciento de las partículas orgánicas no fósiles de carbono joven llega al océano durante esas inundaciones, que arrastran una gran cantidad de material orgánico de la vegetación y el suelo.

El desplazamiento de las aguas hace que los sedimentos terminen a menudo en las profundidades del océano, lo que puede originar el enterramiento a largo plazo del carbono.

El desplazamiento de carbono orgánico desde la biosfera terrestre a los océanos por la erosión y el transporte fluvial tiene importancia en el ciclo del carbono.

Más de un tercio de este carbono orgánico procede de los sedimentos de los ríos, que se originan en las montañas de la región occidental del Pacífico, muy propensa a sufrir ciclones tropicales.

Los científicos sugieren que los ciclones tropicales proporcionan las condiciones óptimas para el reparto y enterramiento de las partículas no fósiles de carbono en las profundidades del océano.

Este transporte, explican, está moderado por la frecuencia, intensidad y duración de los ciclones tropicales.

Ahora, los investigadores tendrán que determinar la importancia global que este hallazgo tiene en el ciclo del carbono.