El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, defendió hoy que “las universidades son las fábricas de habilidades y competencias”, y por ello es “vital que los países pongan en marcha programas de desarrollo de habilidades desde las universidades pero también desde las empresas” con el objetivo de “conectar las universidades al mundo laboral” para evitar la “frustración, rebeldía y rechazo de las instituciones e, incluso, de la democracia” por parte de los jóvenes, que “se gradúan y salen a un mercado de trabajo con pocas oportunidades”.

Lo dijo durante su intervención en el acto de inauguración del IV Encuentro Internacional de Rectores Universia que se celebra en Salamanca, algo que consideró un honor, por tratarse de un espacio de “referencia para la mejora del Espacio Iberoamericano de Educación Superior”. En este foro también precisó que “la endogamia es letal para la creatividad y la innovación” en las universidades.

Para el responsable de la OCDE la “fragmentación económica provoca fragmentación social y política” y todo ello lleva a fenómenos actuales como “el Brexit, el resultado electoral de los Estados Unidos o los problemas para formar gobierno en Holanda, Alemania, Italia o la mayor fragmentación en cuanto a la voluntad electoral de España”. “No es un tema europeo o norteamericano”, matizó, puesto que “se ve también en la incertidumbre ante las elecciones de este año en México o Brasil”.

Gurría propuso por ello una apuesta por la conexión entre educación y mercado laboral, ante un contexto donde “aumentó el número de egresados del 22 al 36 por ciento desde el año 2000 y se internacionalizaron los graduados, pasando de un 0,8 por ciento al 4,6 por ciento”. “El reto es mantener el ritmo de esos cambios conservando una educación superior e investigación de calidad, pero que sea relevante para las necesidades económicas y sociales”, sentenció el secretario general de la OCDE.

Afirmó así que la organización a la que pertenece trabaja en iniciativas como la llamada 'Cómo mejorar el rendimiento de los sistemas de educación superior' con el objetivo de “comparar internacionalmente pero profundizar en el nivel nacional”, y analizar “el coste de la educación superior, un tema que presenta una amplia gama de desafíos y cuya idea es que los costes no sean un obstáculo para los jóvenes que tienen el talento y el deseo” de formarse.

“La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura”, concluyó Ángel Gurría, quien tras citar palabras de Miguel de Unamuno, confirmó que su organización está lista “para trabajar con todas las universidades en la mejora de la Educación Superior para contribuir a un futuro mejor y más influyente”.

Gurría realizó un repaso sobre “las claves del éxito y el fracaso de las universidades” que “tienen elementos comunes”, entre las que mencionó “los modelos de financiación, los sistemas de evaluación y rendición de cuentas y los modelos de gobernanza y selección del profesorado”, que consideró deben ser “abiertos y transparentes” para evitar esa “endogamia”.