El arte contemporáneo sirvió en el medio siglo XX español como expresión de protesta contra un régimen dictatorial ajeno a las libertades, con el pintor y escultor Antoni Tápies (1923-2012) como referente durante cincuenta años en los que trató de conectar con las vanguardias europeas de entonces.

Este es el mensaje de la exposición inaugurada hoy en el Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano, donde permanecerá hasta el 1 de julio en Valladolid con el lema de "De Dau al Set al Grupo El Paso", los principales jalones en los que se movió Tápies junto a creadores como Rafael Canogar, Martín Chirino, Lucio Muñoz y Pablo Serrano.

Más que la constatación de una trayectoria y evolución tanto artística como personal, se trata de reflejar la obra de los principales creadores de la posguerra, desde diversos postulados pero con el común denominador del desasosiego vital por el "trasfondo político y social del momento".

Lo ha explicado la historiadora Beatriz Pastrana, comisaria de la muestra y coordinadora de la Colección Arte Contemporáneo (CAC) del museo, donde Tápies se encuentra "muy bien representado en todas sus etapas", ha matizado respecto a las cuatro pinturas y cinco grabados de gran formato reunidos para esta ocasión.

La oclusión del régimen, el control de las libertades y la censura provocó una respuesta estética en artistas que como Tàpies y Luis Feito recurrieron a los trazos gruesos y arrojados con colores negros y grises, pero también en texturas como arañazos, muescas o marcas que remiten a gestos desabridos de "agresividad y violencia", ha subrayado Pastrana.

Convive la obra de Tápies en este muestrario con la de Rafael Canogar, Martín Chirino, Modest Cuixart, Luis Feito, Francisco Farreras, Alberto Greco, Manuel Millares, Lucio Muñoz, Joan Ponç, Manuel Rivera, Antonio Saura y Pablo Serrano.

Unos y otros pertenecieron, según los casos, a los grupos Dau al Set (Dado al siete) y El Paso, en el caso de Tàpies más al primero aunque con el segundo "compartió ideas, conexiones y planteamientos comunes", ha agregado la comisaria delante de la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo.

La exposición, ha admitido Beatriz Pastrana, "es dura y compleja, pero demuestra el movimiento de apertura" que los artistas protagonizaron durante la posguerra para conectar con las vanguardias europeas como símbolo de libertad.

Fue el caso de Tápies, quien en 1953 se traslada a París con una beca del Gobierno francés y pasa del surrealismo a conceder una mayor importancia a la materia desde la búsqueda de barnices, tierras y collages.

Es el momento en que aparece el grafismo como uno de los referentes de su producción para confirmar su evolución hacia el informalismo depurado.

Todas las obras expuestas, en las Salas 6 y 7, pertenecen al fondo permanente del Museo de Arte Contemporáneo Español Patio Herreriano, cedidas en este caso por la Fundación Gas Natural, su propietaria.