La Junta de Castilla y León dedicó casi diez millones de euros al día para mantener la actividad sanitaria durante 2017 y abonó facturas pendientes que se mantenían en los cajones por unos 300 millones. En total, el gasto real se situó en los 3.680 millones, de un presupuesto definitivo de 4.032 millones, según explicó hoy en las Cortes el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado.

En ese sentido, defendió durante su comparecencia, a petición del Grupo Ciudadanos, una ejecución "muy eficiente" y "rigurosa" que le permitió a su departamento alcanzar la "mayor parte de los objetivos planteados" para 2017, cuando el parlamento aprobó unas cuentas para Sanidad de 3.477 millones, si bien se elevó en 555,3 millones, un 16 por ciento, de los que la mayor parte se dedicó a facturas pendientes, por lo que cerró el año con un volumen a la espera de pago "en mínimos históricos" que cifró por debajo de los 30 millones.

Sáez Aguado detalló que la ejecución presupuestaria ascendió a 4.009 millones, un 99,4 por ciento del presupuesto definitivo y un 115,3 por ciento, del inicial. En materia de personal, se situó en el 99,9 por ciento; en gastos corrientes en bienes y servicios, en el 99,3 por ciento; en transferencias corientes, en el 99,9 por ciento, y en inversiones reales, en el 88,2 por ciento. Además, destacó que la comunidad superó la media de las comunidades, con un 99,4 por ciento, según el Ministerio de Hacienda y Función Pública, respecto a un 94,1 por ciento.

El consejero subrayó que el gasto real devengado alcanzó el pasado año los 3.680 millones, lo que en su opinión indica que la Junta realizó "el mayor gasto sanitario por habitante" hasta la fecha en Castilla y León, con 1.562 millones por tarjeta sanitaria.

Además, el gasto real para mantenimiento corriente de los centros y dispositivos alcanzó los 3.590,4 millones, de los que 1.825,7 millones fueron para presonal, el 49,7 por ciento; el corriente en bienes y servicios se situó en 1.104 millones, con un 34 por ciento para farmacia hospitalaria; las transferencias corrientes, en 656,6 millones, la mayoría para medicamentos, y casi 88 millones para inversiones, con un aumento del 25,6 por ciento.

Igualmente, Sáez Aguado informó que en materia de salud pública se gastaron 68,2 millones; en asistencia sanitaria, 3.552 millones- 1.190 en Atención Primari, 2.246, en Hospitalaria;, 64 millones en formación de redicentes y 52, en emergencias sanitarias- y 4,8 millones en investigación y desarrollo. Además, el consejero subrayó que la partida para sustituciones aumentó un 15 por ciento, hasta rondar los 90 millones, lo que elevó la ratio de sustitución por absentismo en un nueve por ciento.

Con estos datos, insistió Sáez Aguado, "no es fácil sostener", en su opinión, los discursos de algunos grupos de la oposición que denuncian "recortes".

"Todo lo contrario", dijo, puesto que recalcó que el presupuesto inicial creció en 177 millones en relación a 2016 y el gasto realizad fue superior en 203 millones a esas cuentas. Todo ello, insistió el consejero, pone de manifiesto el "compromiso" con la sanidad pública de Castilla y León, que redujo la lista de espera el pasado año hasta los 24.495 pacientes con una demora de 78 días.

La Consejería ejecutó una inversión en obras y equipamientos de 77,3 millones -excluyendo los equipamientos. De ellos, 2,9 millones fueron para Priamria; 41,6 por ciento para hospitales; 2,5 para medios técnicos de Primaria y Emergencias, y 30,3 millones para centros hospitalarios. Además, se inició el suministro de equipamiento no informático por casi 20 millones y se gastó cinco millones para la compra de ordenadores.

También se están redactando y revisando los proyectos de los centros de Calzada de Valdunciel (Salamanca) y Villalpando y Parada del Molino, en Zamora.