Los cocineros con dos Estrellas Michelín, Marc Segarra y Víctor Martín, junto con el chef Francisco Beltrán han abandonado hoy sus fogones habituales para confeccionar el menú del día del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, con motivo del cuarenta aniversario de la apertura del centro.

"Hoy es un buen día para ponerse malo", bromeaban algunos integrantes del equipo de cocina del Hospital, formado habitualmente por 90 personas, y que hoy ha contado con tres invitados de lujo, que han compuesto un menú "equilibrado", pero que hoy ha "levantado un poco la mano", algo que los pacientes "agradecerán", ha expresado en rueda de prensa el director gerente, Francisco Javier Vadillo.

Un menú formado por tres platos que podrán degustar unas 600 personas y que está compuesto por una crema de calabaza y jamón de primero, que ha corrido a cargo de Beltrán; una merluza al vapor con fideuá de tinta de calamar de segundo, por parte de Martín; y un postre de natillas de albahaca con gel de manzana verde, galleta y azúcar, confeccionado por Segarra.

Y es que, tal y como ha expresado el doctor Vadillo, en los últimos años los centros hospitalarios han comprendido que a la terapia ofrecida por el centro y los médicos hay que completarla con una "terapia alimentaria y gastronómica", que además suponga una "experiencia satisfactoria" para los pacientes durante su estancia en el Hospital.

Precisamente, en este proceso de "desmitificación" de la dudosa calidad de la comida de los hospitales, la directora del área de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico Universitario, María Ángeles Castro, ha asegurado a Efe que los centros cada vez se toman "más en serio" las compatibilidades alimenticias y las dietas de los pacientes.

Un "itinerario personalizado" que la propia doctora Castro lidera en el centro y que ya ha elaborado más de cincuenta tipos de dietas diferentes en función de las necesidades de cada paciente y si con esas hay alguno que no se moldea a estas dietas la doctora echa mano de su "programa informático" y confecciona un menú "personalizado" para el paciente.

Estas dietas creadas a través del software Diet Tools tienen en cuenta "decenas de variables y restricciones", como modificados de texturas, restricciones en grasas, sal, proteínas, hidratos de carbono o especiales para pruebas de radiológicas, entre otras muchas, ha indicado la doctora.

Un servicio de alimentación que, según la última encuesta de satisfacción realizada para saber la opinión de los pacientes, ha indicado que el 88,9 por ciento de los ingresados ven "buena o excelente" la comida ofrecida, con una media de 4,29 puntos sobre cinco, ha destacado hoy el director gerente del centro.

Asimismo, Vadillo ha subrayado la "importante apuesta" del Clínico por "favorecer e impulsar" el "tejido empresarial local" de la ciudad, donde el 77 por ciento de los suministros alimentarios obtenidos por el centro provienen de empresas vallisoletanas, en un gasto que el año pasado ascendió a un total de 864.671 euros, de un total de 1,1 millones.

Por todo ello, con la redecilla del pelo ceñida y los guantes enfundados, los tres chefs han valorado con la chaquetilla de sus restaurantes bien abotonada la gran experiencia que supone para ellos poder aportar su granito de arena y pisar los fogones de un hospital por primera vez y abandonar así la rutina de sus casas.