La sanidad de Castilla y León se mantiene como la novena con mayor grado de privatización del conjunto autonómico, en un nivel intermedio, según el informe publicado ayer por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FASDP). La sanidad de Castilla y León figura en un rango intermedio de privatización sanitaria, con quince puntos sobre veinticinco posibles, los mismos que mereció en los informes del 2016 y 2017 y dentro de un ránking que lideró Madrid.