El legado de Beatriz Galindo y Luisa de Medrano, que hoy se intenta recuperar desde la Universidad de Salamanca para poner en valor la presencia de dos mujeres entre sus aulas en los albores del siglo XVI, es el de "unas pioneras valientes que persiguieron la idea del conocimiento como finalidad". Así las define la profesora titular de la Facultad de Ciencias Sociales de la Usal, Soledad Murillo de la Vega. Especializada en Derechos Humanas y Políticas Públicas e Igualdad, Murillo reclama al Estudio salmantino "que las reconozca", puesto que aún se tiene "una asignatura pendiente con la igualdad".

"Tenemos solo tres mujeres doctoras honoris causa en 800 años: Santa Teresa de Jesús, la científica Kristen Kyelberg Olsen y la abogada salmantina María Telo, que eliminó la licencia marital obligatoria para viajar, trabajar y estudiar", explica Murillo, quien critica así el "peso rancio de la tradición" del Estudio salmantino, que se expande y difunde al resto de universidades del entorno español y también del europeo. Por ello, quien fuera secretaria general de Políticas de Igualdad del Ministerio de Trabajo entre los años 2004 y 2008, pide a la universidad salmantina "recuperar el talento sin fijarse en quien lo tiene".