El Juzgado de Primera Instancia número 12 de Valladolid ha condenado a una clínica privada de la capital vallisoletana a pagar una indemnización de casi 44.000 euros a una mujer de 54 años que sufrió quemaduras en la cara durante una intervención de cirugía estética.

La paciente acudió en abril de 2014 a la clínica para solicitar un presupuesto de un tratamiento médico-estético de rejuvenecimiento facial y se le recomendó la realización de hilos tensores y, posteriormente, de blefaroplastia (corrección de párpados y bolsas en ojos).

Para ello, la paciente fue citada en el Hospital Sagrado Corazón, con el que la clínica tiene concertado el uso de sus instalaciones y equipos. Primeramente, a la paciente se le realizó la cirugía de hilos tensores y, dos días más tarde, el día 22 de mayo de 2014, se sometió a la cirugía de blefaroplastia.

Durante el acto quirúrgico se produjo una deflagración sobre el campo quirúrgico y prendieron los paños que cubrían el rostro de la paciente, probablemente al entrar en contacto una chispa del bisturí eléctrico que maneja la cirujana con el oxígeno que fluye de la mascarilla que controla el anestesista.

Como consecuencia de estos hechos, se produjeron quemaduras de distinto grado en su rostro, que han precisado curas y tratamientos durante meses; además de echar a perder los efectos logrados con la cirugía de hilos tensores que unos días antes se le había realizado, han informado a Europa Press fuentes de El Defensor del Paciente, cuyos servicios jurídicos han llevado el caso.