El orden del día enriquecido de la "cumbre" autonómica quiso añadir ayer un asunto que todavía no quemaba tanto cuando en Oviedo, en diciembre, se reunieron solo los presidentes de Asturias, Galicia y Castilla y León. La incorporación, ayer, de Aragón traía causa de la confluencia de la comunidad aragonesa en lo que atañe al porvenir de las minas de carbón y de las centrales térmicas que lo queman. Sin Galicia, solidarizada sólo de palabra con un problema que le atañe menos, Asturias, Aragón y Castilla y León suscribieron un acuerdo que deja claro para empezar que "no somos negacionistas" del calentamiento global ni "queremos que el futuro sea el basurero del presente", pero que sí les urge una transición "justa" hacia ese futuro y que eso pasa por que el Gobierno sea más protagonista que las empresas eléctricas en las decisiones de cierre de las centrales.

La segunda pata de la declaración institucional suscrita ayer en el Palacio del Conde Luna de León se refiere a la realidad poblaciones de los territorios. Todos coincidieron en señalar que urge la presentación de la Estrategia Nacional frente al Reto Democrático y que se tenga en cuenta que la crisis demográfica es un problema de Estado, para el que hay que buscar soluciones y políticas que impliquen a todo el país. Después de la reunión de trabajo en el histórico Palacio del Conde Luna los presidentes de Castilla y León, Asturias, Galicia y Aragón comieron juntos en uno de los establecimientos más tradicionales del casco antiguo de la capital leonesa, la Bodega Regia.