Se trataba de marcar músculo desde muy temprano y el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, empezó contando que los cuatro presidentes autonómicos que ayer se reunieron en León llevan la voz de 7,5 millones de habitantes. "Más o menos la población de Cataluña", tiró con toda la intención el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, porque a Cataluña y a las comunidades más endeudadas, a Cataluña y a las que se sienten maltratadas por el actual sistema de financiación autonómica, se dirigieron a continuación muchas de las pullas del cuarteto de aliados. El frente autonómico de Castilla y León con Asturias y Galicia llevó ayer la frontera hacia el Este para incorporar a Aragón y hablar también del futuro de las térmicas de carbón y de la minería además de apuntalar su posición conjunta y políticamente transversal sobre la conveniencia de apremiar al Gobierno central para que resuelva ya, este año si es posible, el modelo financiación autonómica y presente su estrategia contra el reto demográfico.

En la versión extendida de la primera reunión de presidentes del Noroeste -la que abrió el fuego en Oviedo en diciembre- dos del PP, Herrera, Feijóo, y dos del PSOE, el presidente del Principado, Javier Fernández, y el de Aragón, Javier Lambán, prescindieron ayer de los carnets para firmar sentados a la misma mesa dos documentos que vinculan a estas comunidades autónomas con sus desafíos compartidos. Indirectamente también contra aquellas que no piensan igual, aunque en lo ideológico las presidan sus iguales. Dedicaron los cuatro muchos esfuerzos a hacer ver su demografía envejecida y declinante, y a enseñar el vínculo que esas peculiaridades compartidas tiene con el sistema de reparto de fondos entre autonomías que los cuatro defienden. Les llevó ese planteamiento a oponerse a la quita de la deuda con la que ha coqueteado el Ministerio de Hacienda, y a enfrentarse -de igual a igual en lo que a población se refiere- con Cataluña y con las que más se beneficiarían de esas "reestructuraciones" que ha planteado Cristóbal Montoro. "Ya parece que el ministro se ha caído del caballo camino de Damasco, que ya no hay quitas", festejó Hererra. "Pero cuando se sugiere que puede haber "reestructuraciones equitativas y ordenadas" de la deuda, nosotros decimos que estamos dispuestos a que se calcule el volumen de endeudamiento acumulado por cada comunidad durante estos años de crisis" y se compruebe quiénes han tenido que pedir menos ayuda al Estado "para llegar a fin de mes". Poniendo su sintonía socioeconómica por encima de las diferencias ideológicas, los cuatro presidentes se esforzaron al unísono en pedir al Gobierno que el nuevo sistema se componga con "más recursos" y que no puede premiar a los incumplidores.

"Las cuatro hemos sido autonomías serias y sensatas", dijo Feijóo. Cargaron todos sonoramente contra las regiones que se sienten infrafinanciadas por el modelo vigente y particularmente contra una que fue determinante en su articulación. "La última reforma del sistema estuvo muy condicionada por los planteamientos de Cataluña", coincidió Javier Fernández con Feijóo. El documento que firmaron ayer los cuatro presidentes autonómicos apremia al Gobierno a presentar este año su criterio para la nueva financiación autonómica y muestra explícitamente su inquietud por la proximidad de las elecciones autonómicas de 2019 y la posibilidad de que "el calendario electoral de los próximos años pueda añadir más incertidumbre a unos acuerdos ya de por sí complejos de alcanzar".